Reconoce que al principio "fue todo muy duro, por los momentos vividos y por la incertidumbre". Además explica que tuvieron que adaptarse a trabajar con un nuevo equipo.
Recuerda de los primeros días de la pandemia "salir llorando de trabajar la mayoría de los días". "Incluso hubo días que deseaba no tener que ir a trabajar", añade. Y afirma que: "tuve que plantearme tratar de la mejor manera posible a mis pacientes sin llevarme cada caso a mi hogar".
Pero cuenta que "también me llevo bueno momentos, altas, llamadas a familiares y vivencias con mis compañeros". Y se para a pensar que "nos hemos metido tanta presión que ahora al parar dos minutos y pensar en todo ello, somos conscientes de todo lo que hemos vivido".