Marta Portero-Tresserra, doctora y psicóloga en Neurociencia por la Universidad Autónoma de Barcelona nos cuenta en La Brújula una manera diferente de educar: aquella basada en la evidencia científica. Por ejemplo, apunta la doctora, es "poco interesante agrupar a los alumnos por edad". Sería más sugestivo hacerlo según sus capacidades.
Otro de los cambios significativos sería cambiar la duración de las clases: "El tiempo debería ser flexible y eso nos hace pensar que no todas las asignaturas deberían tener una duración obligatoria, sino dependiendo del tiempo que requiera cada una". Al final el camino, apunta, "es la personalización".
Una de las ramas en las que profundiza la investigación educativa es el 'co-teaching' es decir, que haya más de un profesor en el aula: "facilitaría estos agrupamientos, reduciría la ratio de alumnos por aula y estableces dos modelos de docentes para facilitar la parte socioemocional de la educación".
