La pandemia supuso que los jóvenes dejaran de ir a clase para hacerlo online, sin embargo, tuvo como consecuencia un aumento considerable de casos de ciberbullying, especialmente mediante insultos, burlas, difusión de rumores. Así, uno de cada cuatro alumnos identifica al menos un caso de esto en su entorno.
Generalmente, aumentan también las agresiones en grupo y uno de cada cinco reconoce que ha podido participar en este tipo de discriminación sin darse cuenta.
Sonia Díez destaca que el problema fue dejar de crear cultura del cuidado. Así, pone como ejemplo un modelo educativo finlandés basado en fomentar entre los jóvenes el cuidado múltiple. Además, recalca que hay que dejar de utilizar la imagen del chivato, sino de un superhéroe capaz de acabar con el bullying. "Los bondadosos silenciosos son los que permiten que suceda y desgraciadamente, el bullying se detecta en un estado muy avanzado".