En las escuelas, el objetivo debe ser aumentar el rendimiento de los estudiantes, sin embargo, hay otros aspectos que se deben tener en cuenta, como son la mejora del bienestar de los jóvenes. Se les suele infantilizar, pero lo importante es poner la mirada en el bienestar, ya que la única garantía "no está fuera, sino que es el carácter del alumno". Esto les permite prepararse para un mundo tan cambiante y volátil.
Pone como ejemplo el proyecto 'Character Lab', que consiste en formar el carácter y se tratan aspectos como la curiosidad, perseverancia, crecimiento, propósito o autocontrol. "Cultivar esto genera más bienestar que los cambios externos como el profesorado o el moviliario porque el alumno se siente más empoderado", recalca.
O también, se puede generar itinerarios de oportunidades donde los estudiantes tengan la posibilidad de elegir.
