En La Palma, la erupción del Cumbre Vieja arrasó decenas de viviendas en terreno fértil. Se trata ahora de rehabilitar la zona y volver a la actividad cotidiana de antes.
En el caso de la producción del plátano de Canarias se acaba de presentar un proyecto para recuperar el suelo agrícola sepultado bajo la lava. Un terreno aún caliente donde, en este momento, no se podría ejecutar ningún proyecto. Sin embargo, hay que anticiparse y estar preparados, por lo que el sector platanero ha presentado un proyecto para asegurar la recuperación de los terrenos afectados y que esos propietarios puedan volver a su actividad.
Asprocan presenta su propuesta para recuperar los suelos agrarios
Son alrededor de 340 hectáreas donde ahora es inviable plantar nada, de las que en su mayoría, 217 estaban dedicadas al cultivo del plátano, principal fuente de ingresos para más de 600 familias. Pero además, desde La Laguna hasta el litoral, habría que sumar otras 86 hectáreas más que se empleaban para otros usos. En total, 426 hectáreas que recuperar. Es ahí donde se debe trabajar y sentar las bases de un ordenamiento orientado a hacer compatible la activación plena de la zona perjudicada con la vuelta al cultivo del terreno ahora perdido.
"Una disposición en terrazas, un abancalamiento y un ordenamiento de las infraestructuras posibilitaría la actividad económica y dotaría tanto a agricultores como no agricultores, es decir, aquellos propietarios que tenían algún tipo de terreno en la zona y que ahora mismo no pueden trabajar ni hacer nada, con una superficie que recuperaría la vida y su posible actividad", ha señalado el gerente de la Asociación de Productores del Plátano de Canarias.
Casi siete meses después, en Asprocan se ven obligados a moverse y a aportar ideas a falta de un plan urbanístico concreto. Ese abancalamiento del que habla Cáceres, junto con la disposición en terrazas, ayudaría a un mayor aprovechamiento de la superficie, adaptación al terreno con una mayor integración visual al territorio, también un diseño más eficiente de viales, bancales de cultivo e infraestructuras de servicio y un menor coste global, si se compara con el coste de recuperación individual que tuviera que soportar por libre cada propietario, sean o no estos agricultores.
Determinar la vía de ejecución más ágil es también uno de los puntos claves de esta propuesta, siendo, a priori, un Plan de Interés Insular (PII), el mecanismo que permitiría compaginar ordenación y gobernación en el menor tiempo posible.
En definitiva, máxima colaboración e implicación de todos, sin excepción, con el objetivo de pasar página y retomar la vida anterior al Cumbre Vieja. “Y volver a dotar a esas cerca de esas 600 familias plataneras de un medio de vida y de un sustento para tener un horizonte de medio y largo plazo para todos ellos y su familia”, concluye Cáceres.