Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Instituto Elcano y experto en el Magreb y el mundo árabe nos da en La Brújula su impresión sobre el origen del conflicto entre España y Marruecos
Opina que el contexto tiene mucho que ver con unas expectativas muy elevadas en Marruecos. Una vez que conseguían el reconocimiento de Trump y de EEUU sobre su soberanía sobre el Sáhara pensaban que iba a conllevar una avalancha de reconocimientos, y eso no ha sucedido. Esa frustración ha generado nerviosismo en Rabat, porque vio como España, Francia o Alemania, no siguieron los pasos de Trump sino que se pusieron en el otro lado, e incluso ha habido críticas duras a la decisión de Trump.
"En Rabat han cometido un error tras otro de cálculo. El entusiasmo les cegó y a partir de ese momento juegan duro para presionar. No creo que por este camino Marruecos vaya a avanzar y menos con medida de presión como la de Ceuta que la Comisión Europea ha calificado como chantaje. Qué imagen da para Marruecos esas imágenes de gente jugándose la vida", asegura Haizam Amirah.
En su opinión el conflicto del Sáhara occidental está empezando a generar muchos problemas que afectan también a los países mediterráneos: "La ONU ha dejado claro que los dos implicados en el conflicto del Sáhara son Marruecos y el Frente Polisario. Hay que buscar una solución política".
Y explica las contradicciones que está cometiendo Marruecos por su apoyo a Israel tras el reconocimiento de Trump: "En Marruecos se ha recibido vídeos de lo que ha sucedido en Gaza. La población en Marruecos no ha entendido que se normalice relaciones con un país que ha sido responsable de esas imágenes. Son contradicciones que se acentúan".