Califica esta situación como "dura y desagradable" y añade que "lo ocurrido en la Ejecutiva del PSOE es una rebelión antidemocrática para forzar la dimisión de Pedro Sánchez".
Sostiene que "había cauces orgánicos para que esta situación se hubiera resuelto de otra manera" y agrega que "lo ocurrido presiona la dinámica del partido e impide pactar los desacuerdos para lograr el pacto necesario".
Con respecto a las palabras expresadas por el expresidente del Gobierno, Felipe González, "me siento engañado, me dijo que se abstendría", las cuales han causado una gran polémica entre componentes socialistas, asegura que "González tiene una autoridad y la tiene que mantener con la fuerza de sus argumentos" aunque continua diciendo que "sus palabras son discutibles".
Le preocupa lo que piensen los ciudadanos acerca de lo que ocurre en su partido y manifiesta que "no hacía falta dar el lamentable espectáculo que estamos dando y la ciudadanía estará perpleja ante la lucha fratricida de los miembros del PSOE".
Habla de la relación Susana Díaz-Pedro Sánchez y expresa que "aquí hay gente como Díaz que viene meneándole la silla a Sánchez desde hace muchos meses".