Amaya Ariz comenta que "los padres de niños con autismo vivimos una tensión extrema y después de recibir estos insultos nuestra vida emocional se tambalea totalmente".
Por otro lado, explica que "aunque se haya conseguido este apartado en el Real Decreto no sirve para evitar las crisis. Los niños quieren su habitual rutina, no salir a la calle". Y añade que debemos seguir trabajando y seguir sensibilizando a la sociedad".