Los profesionales de la psicología están alarmados ante el incremento de relaciones enfermizas; de personas asfixiadas, que no saben cortar o poner límites y viven en un estado de sufrimiento permanente.
Se dan en todos los medios y todas las edades. En los niños se crean líderes y otros niños viven una cantidad de humillaciones y vejaciones. En la adolescencia por el esfuerzo de encajar. Incluso en la tercera edad fruto de la soledad.
Hay un fuerte que abusa de su posición ante un débil que es inseguro y falto de protección. Cuando estamos sufriendo una de estas relaciones se siente frustración, la autoestima baja, se sienten atrapadas y la persona manipuladora intenta alejarla de su entorno, esta última es la circunstancia que debe encender todas las alertas.
La persona posesiva responde con agresividad o con chantaje emocional. Son relaciones que nunca van a funcionar porque el bienestar de una persona se basa en el aislamiento y debilidad de la otra.
Para evitar esto, por ejemplo en una relación de pareja, la psicóloga cree que es importante que cada persona tenga un tiempo para sí mismo. Que tengan libertad para reunirse con otras personas, familia, amigos, incluso aunque a tu pareja no le caiga bien. El respeto es vital y también el apoyo a la otra persona cuando sienta debilidad. Para que toda relación funcione tiene que haber respeto, generosidad, complicidad, confianza, respeto de cada espacio, admiración. Con esos valores nos alejaremos de las relaciones enfermizas .