Sin duda esta será una de las navidades más duras en los últimos años para la infancia con prácticamente a mitad de los niños y adolescentes españoles viviendo en hogares con serias dificultades para llegar a fin de mes y las más vulnerables son las familias monoparentales y con menores dependientes.
Somos el segundo país de la Unión Europea con la tasa más alta de riesgo de pobreza y exclusión después de Rumanía que afecta a 3 de cada 10 menores en nuestro país. Preocupación de la Ong Plataforma de Infancia que recuerda que casi el 5% de los menores no puede permitirse comer carne, pollo, pescado dos veces por semana con cerca de medio millón de chavales, según la ong, que podrían estar sufriendo malnutrición y lamentan que acudir al dentista se haya convertido en un lujo para la mayoría de las familias o que el 13% sufra pobreza energética, es decir, más de un millón de niños y adolescentes cuyos padres no pueden mantener en casa la temperatura adecuada.
Y según constata la última encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística los territorios con mayor riesgo de pobreza y esclusión social son Extremadura, Andalucía, Canarias, Murcia y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
De ello hablamos en La Brújula con Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia, que España tiene unos datos de pobreza tremendamente altos porque hay un problema estructural que no estamos abordando y con estas crisis lo que hace es agudizarse.
"Cuando hablamos de la pobreza infantil en España hablamos de una falta de inversión pública estructural"
Asegura que aquellos que "están en una situación más complicada económicamente, directamente el 17,6% no iban al dentista a pesar de necesitarlo o que a veces comen peor, comida no saludable y al final esto afecta a que tengan más probabilidades de obesidad infantil, de tener riesgo de enfermedades cardiovasculares o dolencias y problemas que probablemente les sigan acompañando cuando sean adultos".
Es un problema que se esconde mucho
