"El problema más común es la disociación de uno mismo, si eso se perpetúa acaba afectando a las vidas de compañeros fuera del trabajo", cuenta Álvaro Esguevillas en La Brújula. Así, insiste en la necesidad de cuidar y ayudar a los profesionales a una "reconexión": "La idea ahora que la cosa mejora es que sea importante cuidarlos y enseñarles a reconectarse consigo mismos como sujetos más allá de como profesionales".
Se trata de situaciones "límite" que han llevado al extremo al personal sanitario: "Está el miedo, la exposición al virus, el terror por el sufrimiento masivo de tantos pacientes... Todo unido a la sensación de que uno llega, haga lo que haga".
"Estamos entrenados y adiestrados para tratar de curar o aliviar el sufrimiento, pero en esta situación no ha sido posible muchas veces. Nuestra labor es paliar eso", ha añadido Álvaro Esguevillas.