Totoño es uno de los vecinos del séptimo piso del edificio que ha ardido en el barrio de Campanar en Valencia. Relata que en el momento que ha comenzado el incendio empezó a escuchar gritos de la torre vecina. Eran unas personas que se dirigían corriendo a través de un pasillo chillando "fuego, fuego" en inglés. A Totoño, por suerte, le ha dado tiempo a coger su coche y salir corriendo.
Ahora mismo se encuentra comprando ropa, calcetines, camisetas, porque no tiene "nada". Confiesa que se ha puesto a reflexionar sobre las cosas materiales que "uno no valora" como las fotografías de sus hijos o su pasaporte venezolano. Asegura que es "espantoso" y que no es nada "fácil" esta situación.
Totoño cuenta que el desastre se magnificó porque "no sonó ninguna alarma" y porque "los dispensadores de agua no estaban funcionando". Se muestra también sorprendido de que la fachada esté hecha de un material inflamable lo que transformado "un fuego espantoso".
De momento, no les han dado ninguna solución porque "no ha dado tiempo" y se encuentran "comprando los básico para tener algo". Reconoce que la hora ha jugado a favor, ya que, por la noche hubiera sido "un desastre total". "Fue horrible, pero dentro de lo horrible hubo algo positivo", concluye.