Estamos en diciembre, el mes de la Navidad y las celebraciones, y eso quiere decir que también es la época de más venta de vino.
Es una excusa, además, para hablar de una noticia que está pasando desapercibida: sobra mucho vino tinto en el mundo.
El exceso de producción ha alcanzado tal dimensión que Francia aprobó el septiembre pasado el arranque de hasta 30.000 hectáreas de viñedo. Para favorecer la medida, el Gobierno ofreció una subvención de hasta 4.000 euros por hectárea. Como resultado, 5.400 productores han aceptado y se arrancarán 27.500 hectáreas de cepas con un coste de 110 millones de euros.
En España, las organizaciones agrarias han pedido al Gobierno un plan similar al francés, pero no han tenido éxito.
Los excedentes se deben a una carrera desmedida por el aumento de la producción. En La Rioja, por ejemplo, han duplicado la superficie de viñedo en 40 años.
Este problema también se debe a un cambio en el gusto del consumidor, ahora más propenso a los vinos fáciles de beber como los vinos blancos (hasta con hielo y burbujas).
El vino es una metáfora de la vida y como en la vida, ahora prima lo ligero y sin fundamento.