Uno de los principales problemas en los jóvenes españoles son las elevadas cifras de intentos de suicidio así como las consultas por ansiedad. Y es que durante la pandemia, fueron dados de lado porque no eran vulnerables y ahora se enfrentan a faltas de relaciones sociales o un fuerte estrés por sus estudios.
Para analizar este drama, charlamos con una joven, Ana, que intentó suicidarse. Nos explica que sentía un vacío existencial y no encontraba ni sentido a la vida ni futuro, así como que le diagnosticaron anorexia y se metió en este bucle. Al principio, no pensó en todo el daño que podría haber causado y fue fría, aunque la segunda vez cambió: "Pensé en mi madre y mi hermana y como les dejaría un clavo incrustado toda la vida".
Ana no le encontraba el sentido a nada, pero a pesar de como sufría, nadie se dio cuenta como se disimuló mucho: "La gente te pregunta pero si dices que no pasa nada te dejan en paz, yo no dejé pistas". Asimismo, deja claro que no hay un perfil de suicida y debe abandonarse esta concepción y nunca dejar de intentar hablar con las personas que puedan tener estos problemas.
La joven ha conseguido dejar atrás esta faceta y se está recuperando gracias a la terapia con el psicólogo. Recomienda que todos deberían ir, "incluso aunque no te pase nada" debido a lo útil que puede ser. Por ello, concluye que ahora "cuenta con las herramientas necesarias para detectar este tipo de pensamientos intrusivos".