Con la llegada de la Navidad y las fiestas, las familias vuelven a reunirse y resurgen algunas de las polémicas, como las movidas con las suegras. Este es uno de los tópicos más repetidos durante este mes y es frecuente pensar así de las suegras, unas mujeres metomentodos, entrometidas y brujas, algo que no ocurre con los suegros.
En las bodas, se ve mucho, pero nuestros expertos apuntan que organizar una es un quebradero de cabeza y a veces la suegra solo quiere ayudar. O también a la hora de meterse en las fotografías, pero todos intentan que los novios estén a gusto, aunque suele ser normal que se dejen hacer las fotos que las madres quieren para poner en su salón.
Del mismo modo, es habitual la connotación negativa que tienen las suegras, ya que son vistas como brujas molestas, mientras que los suegros son buenos y agradables, aunque todo esto son estereotipos. Esto se ejemplifica con que no hay representación positiva de la madurez femenina, es decir, las mujeres son bien vistas cuando son jóvenes y bellas, pero cuando crecen se convierten en brujas. Por su parte, los hombres maduran y se hacen más atractivos.