Conseguir financiación para un proyecto, uno de los sueños de cualquier emprendedor. A veces esos sueños son los de toda una sociedad, como curar el cáncer, conseguir una producción sostenible o saber qué hay más allá de lo que vemos, y necesitan una financiación específica. Hoy Ana Comellas y Alberto Aparici van a contarnos cómo se financia un proyecto científico.
Cualquier proyecto requiere una inversión, acuérdate del nuevo sistema de riego que necesitaba Ignacio Rodríguez Burgos para su empresa platanero. Un proyecto empresarial suele contar con fuentes de financiación propias, las de Ignacio y sus socios, o ajenas, en forma de préstamo o emisión de bonos, como ya vimos. Lo deseable cuando una empresa hace una inversión, es que empiece pronto a generar ingresos: el nuevo riego hace que la producción de plátanos sea mayor e Ignacio venda más. ¿Pero qué ocurre si hubiese que invertir para encontrar un nuevo fertilizante para los plátanos? Si la inversión que tuviese que hacer no le asegurase un retorno, una rentabilidad, ¿invertiría Ignacio?
¿Es elevado el coste de una investigación?
El coste de la investigación es tan elevado, que la mayor parte de las empresas no son capaces de afrontarlo, y de alguna forma queda en manos de la financiación pública. Pero no creas que siempre los gobiernos quieren poner dinero para invertir en investigación: la ciencia no siempre sabe “venderse” y competir con el resto de sectores por el dinero público. ¿Construimos una nueva carretera o un nuevo laboratorio? ¿Qué prefiere un político? ¿Y la sociedad?
¿Quién pone el dinero?
El dinero puede venir de cuatro fuentes fundamentalmente:
- El ministerio correspondiente (financiación nacional)
- La Consejería de una comunidad autónoma (financiación autonómica)
- La Unión Europea, que suele dar proyectos muy bien dotados pero muy difíciles de conseguir, porque hay mucha competición
- Subvenciones privadas, por ejemplo de fundaciones.
Esas subvenciones ¿son de uso libre?
A menudo la subvención especifica qué cantidad de dinero se puede utilizar en cada partida: material de laboratorio como células o reactivos, participación en congresos, uso de instalaciones externas tipo CERN, y a veces, porque curiosamente esta partida no siempre está presente, para contratar personal. Y es ahí donde empiezan a aparecer problemas: qué necesidades tiene un grupo de investigación y si las puede cubrir o no con el dinero que le dan. Muchas “quejas” de los científicos giran en torno a esto.
Para entender mejor como va la financiación en la ciencia hablamos con Juan José García Ripoll, que trabaja en el Instituto de Física Fundamental del CSIC en Madrid y con Carlos Navarrete Benlloch, profeso de la Universidad Jiao Tong de Shanghái.
"En un proyecto europeo, las horas de investigación se contabilizan, pero en un proyecto nacional no. Tienes que buscar fuentes de financiación muy diversas", asegura Juan José.
Carlos coincide con él y explica que en España "hay un poco de miedo" a financiar los proyectos. "Pensamientos tipo:'¿Y si les damos dinero y no funciona?", añade.