Llevan tanto tiempo bajitos, que ni nos acordamos de ellos… hasta que la inflación amenaza con hacerlos crecer y que nos tropecemos. Para no caernos llegado el caso, Ana Comellas nos cuenta qué son, cómo funcionan y cómo nos afectan los tipos de interés. El Banco Central Europeo ha mantenido sus tipos, pero los bancos empiezan a subirlos un poquitín… Pero no me adelanto. Te dejo que me hagas la pregunta.
¿Qué es el interés?
El interés es el precio que se paga por disponer de una cantidad de dinero durante un período de tiempo. Si lo comparamos con un servicio, como alquilar un coche, sería la tarifa que pagamos por tener el coche a nuestra disposición una semana. El prestamista, el que presta el dinero, cobra ese interés a cambio de no disponer de ese dinero. Para el prestatario, el que toma prestado el dinero, el interés que paga es el coste que tiene para él “alquilar” ese dinero y usarlo durante un tiempo.
¿Lo fijan la oferta y la demanda, como el precio de los plátanos? No exactamente… cuando hablábamos de los plátanos, el mercado era distinto que el del dinero, porque había muchos productores de plátanos y muchos consumidores: nadie tenía la sartén por el mango. Pero el dinero tiene muchísimos consumidores y un solo productor.
El Banco Central Europeo. Exactamente, La cadena de producción es algo así: el BCE fabrica el dinero y se lo presta a los bancos a un tipo de interés, el que define con su política monetaria y que ahora se anticipa que podría subir progresivamente. Los bancos se prestan dinero entre ellos para sus inversiones y sus cosas, y con los tipos de interés que se cobran, se calcula el Euribor. Este tipo se utiliza de referencia para otros préstamos, como las hipotecas.
Y los bancos también prestan el dinero a las familias, las empresas, las administraciones públicas… Pero a otros tipos de interés. Sí, claro. Esto es como si yo compro plátanos al productor y se los vendo al consumidor. En el precio, voy a incluir mis costes por llevar los plátanos de un sitio a otro, y un margen por lo que pueda pasar.
¿Cómo se fija un tipo de interés?
Hay varias formas de calcular los intereses, pero vamos a ponernos en la más sencilla. Un tipo de interés simple a un año, de un 5%, por ejemplo. Eso significa que, si te presto 1.000 euros, dentro de un año me tienes que devolver 1.050. Y esos 50 euros serán la “tarifa” que te cobro por haber estado usando mi dinero. ¿Y en qué debería haber pensado antes de dejarte dinero?
Pues en varias cosas. La primera, mi coste de oportunidad, qué otras cosas podría haber hecho con el dinero que te presto. Pueden ser cosas a las que le dé más valor que los 50 euros que voy a ganar, como irme de viaje, o pueden ser otras inversiones que me den un mayor interés, un 7%, si es que conoces alguna.
También el tiempo que voy a prescindir de mi dinero es importante. En un año puedo no necesitarlo, pero si me lo pides durante 5 años, tendremos que calcular el interés utilizando una fórmula de interés compuesto, que ya explicaremos otro día.
Y en algo muy importante ahora mismo… la inflación. Ya lo vimos hace unas semanas, pero la inflación vendría a ser como una rentabilidad negativa. Con una inflación del 6,5%, la cesta de la compra que hace un año costaba 1.000, ahora cuesta 1.065. Yo con 1.000 hace un año, la compraba, y si tú ahora me devuelves 1.050, no me llega para comprarla. Nominalmente, gano 50 euros, pero realmente, pierdo 15, 50 menos 65.
Ese sería otro factor a tener en cuenta: el riesgo que existe de que no me devuelvas todo o parte del dinero, por tus ingresos, porque tengas otros préstamos, por lo que vayas a hacer con el dinero... Dependiendo de la cantidad de dinero de la que hablemos, de la capacidad de generar ingresos, de las garantías que se aporten como prenda en caso de que no se devolviese el préstamo, o de que existan otros avales, el tipo de interés va a cambiar. Cuanto más riesgo, más intereses.
Como siempre, simplificando mucho, el tipo de interés más bajo que te va a cobrar un banco, en porcentaje, va a ser la hipoteca, porque es lo que menos riesgo tiene para él prestar: se asegura de que tengas ingresos suficientes antes de concedértela; suele pedirse entre dos, así que se asegura dos fuentes de ingresos y, sobre todo, tiene una garantía ajena a ti, porque le dejas tu casa en prenda. Eso significa que, si no puedes devolver el dinero, él podría vender la casa y recuperarlo. Es lo que se llama una garantía.
Otro día entramos en detalle con las hipotecas, porque aunque el tipo de interés sea bajo, el total de los intereses que pago al final vida de la hipoteca es alto. Eso tiene que ver con la forma de calcular los intereses. Lo vemos en detalle el próximo día, que es interesante.
Pero para que veamos la diferencia, el banco nos va a pedir un tipo de interés más alto por un préstamo personal que por una hipoteca. Aunque el importe que pido sea bastante más bajo, y lo vaya a devolver en menos tiempo, normalmente son préstamos al consumo, para un coche, un viaje, una reforma, estudios… Aquí no hay nada que garantice el pago más que tú mismo y tu capacidad de generar ingresos, por eso es más arriesgado y el banco quiere una mayor rentabilidad.
Para ti, que te prestan, el tipo de interés es un gasto, pero para el presta, es un ingreso, parte de su beneficio. Pero no siempre es el banco el que presta. Cuando tú haces un depósito en el banco, le estás prestando dinero: dejas de tener disponible tu dinero, no está debajo de tu colchón, y lo tiene él. O cuando compras una Letra del Tesoro. Estás dejándole dinero al Estado que lo tiene a su disposición durante un año para financiar sus proyectos y te lo va a devolver pagándote un interés.
Y hablando de prestarle dinero al Estado… la prima de riesgo… Es justamente eso: cómo los que prestan dinero al Estado, perciben el riesgo que tiene y le piden un determinado tipo de interés. Pero las subastas de deuda pública son otra de las cosas que me apunto para otro día… al final se nos queda corta la temporada.