En noviembre los precios tampoco nos han dado tregua. La cesta de la compra está más cara que nunca, un 5,6%. Se nota en el supermercado, cuando ponemos gasolina y hasta cuando pagamos la factura de la luz. Un IPC que empezaba el año en negativo pero que está imparable, por culpa de la fuerte demanda, el atasco de suministros, la energía y ahora también, los nuevos rebrotes Covid-19. Factores en principio coyunturales pero que están durando más de la cuenta. El dilema ahora es saber si la escalada es temporal o permanente, y en eso están los bancos centrales.
El vicepresidente del Blanco Central Europeo, Luis de Guindos, se ha mostrado preocupado y ha asegurado que la inflación alta afecta a todos, que Europa está en una encrucijada y que hacer previsiones, es jugársela.
A su vez, el gobernador del Banco de España, también ve riesgos y recomienda contención de salarios y que los bancos continúen con sus previsiones ante posibles insolvencias. No obstante, Pablo Hernández de Cos, confía en que la tirada alcista se reduzca para la próxima primavera.
Inquietud también porque los sueldos no crecen al mismo ritmo que los precios, lo que está haciendo perder poder adquisitivo a los trabajadores y competitividad a las empresas.
Pensiones y reforma laboral
Desviación notable del 1,6% entre la inflación media anual, la nueva fórmula para revalorizar las pensiones, y la subida que se aplicó a principios de este año, que fue de nueve décimas. Las pensiones contributivas se van a poner al día el 1 de enero con un incremento del 2,5%. Además, se cobrará la "paguilla" compensatoria por esa misma diferencia. En total, más de 5.000 millones de euros de coste para el Estado en aplicación de la reforma de pensiones aprobada por el Gobierno. El ministro Escrivá, ha dicho que se acabó la incertidumbre.
A día de hoy, las rentas de los pensionistas son las únicas que van a ver compensada la pérdida de poder de compra por la escalada de los precios. No es el caso de los salarios medios fijados por convenio, que siguen estancados alrededor del 1,6%, una tercera parte del nivel que en noviembre ha alcanzado la inflación con ese 5,6%.
Los sindicatos piden a los empresarios que se sienten a negociar la actualización de salarios, aunque el diálogo social ahora mismo está volcado en la gran reforma pendiente: la del mercado de trabajo. Esta semana se añade una tercera reunión para acelerar la negociación y lograr el acuerdo.
Mientras, la vicepresidenta, Yolanda Díaz, ha asegurado que el compromiso de todas las partes es absoluto y ya desde el pasado viernes, se trabaja sobre una propuesta global del Gobierno donde se apuntan varias formas de atajar la excesiva temporalidad: desde la limitación de contratos eventuales en función del tamaño de las empresas, a un endurecimiento de las sanciones para la contratación en fraude de ley con multas de hasta 10.000 euros.
Las protestas de los agricultores
Continuando con las protestas llevadas a cabo en las últimas semanas por parte de algunos colectivos específicos de agricultores y ganaderos, las organizaciones agrarias celebrarán en las próximas semanas movilizaciones con carácter general. Su principal demanda será un Plan de Choque con medidas que aseguren la posibilidad de seguir produciendo con, al menos, un ligero margen de beneficio y no a pérdidas, como está sucediendo hace tiempo en algunos sectores como el de la leche y que está prohibido en la Ley de la Cadena impulsada por el Gobierno.
La Rioja y los viticultores
Todo el sector vinícola riojano ha expresado la necesidad de blindar a la denominación Rioja de las injerencias políticas y de generar un clima de respeto hacia su soberanía y su gestión.
Aunque mañana no se debatirá en el Congreso de los Diputados la iniciativa del PNV que habría la puerta a la posible división de Rioja, entre bodegueros y viticultores, se tiene la sensación de que el asunto no está zanjado y de que el PNV volverá a la carga, por lo que se realiza un llamamiento expreso a todos los partidos políticos.
