España ha pasado en menos de tres meses de estar a la cabeza del crecimiento a estar en el vagón de cola. Nuestro país encaja una severa corrección y según las previsiones de la OCDE, crecerá por debajo de la media de la zona euro, para situarse en el 4,5% este año. El organismo recorta casi dos puntos y medio su anterior pronóstico y en algo más de un punto el de 2022, dejándolo en un 5,5% y retrasando así a 2023 la plena recuperación.
La OCDE identifica varios riesgos para nuestra economía: la débil demanda doméstica a consecuencia de la inflación, el bajo rendimiento del turismo, la lentitud con la que llegan los fondos europeos, el repunte de la pandemia o la crisis de suministros en determinados sectores, son algunos de los factores que están ralentizando la recuperación.
Mientras, el paro se reduce pero lentamente. Este año será del 15% y bajará al 13,6% en 2023. A su vez, el déficit también desciende aunque cerrará 2021 en niveles del 8,1%.
Entre las recomendaciones de rigor de la OCDE, se debería aplicar la agenda de reformas como la del mercado laboral para reducir su dualidad y favorecer la recolocación de los más castigados por la crisis. Además, la reforma de las pensiones ha de ser sostenible financieramente a largo plazo.
El Gobierno asegura que la recuperación es "fuerte"
El Gobierno defiende que la recuperación es fuerte y que estamos entre los países que más van a crecer en la Unión Europea. La ministra de Economía, Nadia Calviño, cree que las perspectivas son positivas gracias al despliegue de la vacunación. Sin embargo, en Onda Cero, ha reconocido que le preocupa la inflación y el coste energético, aunque mantiene el compromiso de acabar el año con precios de la luz similares a los de 2018.
Calviño subraya también que la situación no es igual en Europa que en E.E.U.U., donde según dice, la recuperación ha sido más intensa con un esfuerzo fiscal enorme. No obstante, se pronostica que la escalada de precios es un fenómeno transitorio que debería empezar a bajar en la próxima primavera.
La vicepresidenta económica apunta que las negociaciones sobre la reforma laboral van bien y están encaminadas con compromisos para cerrar a final de año un buen acuerdo.
La mesa de diálogo para la reforma laboral
La reforma laboral sigue abierta en canal. En las últimas horas, una contrapropuesta de la patronal ha reactivado la negociación a pocas semanas de agotar el plazo: el 31 de diciembre la norma debe de estar en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
El encuentro de este miércoles ha dejado avances en el capítulo que afecta a la temporalidad. La clave pasa por saber si se limitará por secciones como quiere la CEOE, si será por el tamaño de las empresas como ha sugerido el Gobierno o mediante una definición clara de la causalidad, como piden los sindicatos.
La reunión de hoy también ha permitido progresar la figura del contrato fijo discontinuo que dará estabilidad a los contratos de temporada, una modalidad que recaerá sobre las empresas de trabajo temporal.
Pasado mañana habrá un nuevo encuentro para abordar subcontrataciones y negociación colectiva, devolver la prevalencia al convenio sectorial y mantener vivos los convenios mientras se negocie uno nuevo.
A la espera de más detalles, mañana conoceremos los datos de empleo y afiliación de noviembre. Mientras, el Gobierno anticipa un mes histórico, aunque una vez más se repetirá el patrón precario de nuestro mercado laboral, donde nueve de cada diez contratos nuevos que se firman tienen fecha de caducidad.