Ayer estuvimos tocando nuestros billetes y hoy vamos a ver su valor en el datafono de una tienda, en nuestro móvil o en nuestro ordenador… Entramos en ese 93% del dinero que hablábamos ayer que no está impreso, sino registrado electrónicamente. Sigue siendo en cualquier caso de curso legal y cumpliendo sus características de depósito de valor, medio de pago y unidad de medida.
Ya hemos hablado de cómo los bancos comerciales “compran” dinero al Banco Central Europeo, que les va a cobrar un tipo de interés, ahora muy bajito. Pongamos que un banco pide 1 millón de euros. El Banco Central Europeo va a hacer una transferencia al banco por un 1 millón de euros y va a actualizar el dinero que ha emitido. Ya no hay respaldo en oro, como también contábamos, pero sí va a haber algo que garantice ese dinero, porque el banco que pide el millón, va a tener que aportar una garantía, algo que tenga el mismo valor que el dinero que pide. Pero seguimos con la creación de dinero. El banco que lo ha pedido, va a tener en su cuenta 1 millón de euros, y ahora yo le pido un préstamo al banco de 50.000 euros, porque quiero comprarte tu coche.
¿Por 50.000 euros, lo vendes, no? Pues nada, yo le pido un préstamo al banco, que me transfiere el dinero a mi cuenta. Y una vez en mi cuenta, te hago una transferencia a la tuya, en otro banco. Mi banco sigue teniendo 1 millón de euros, 950.000 en su propia cuenta y 50.000 como derecho de crédito con mi préstamo, un activo. Tu banco tiene ahora 50.000 euros en tu cuenta.
De esos 50.000 euros, tendrá que guardar una parte, que se llama el coeficiente de reservas, para que, si tú quieres disponer de efectivo, te lo pueda dar. El resto, se lo podría prestar, por ejemplo, a Chapu Apaolaza, que quiere tener unas vacaciones estupendas este año. Va a la agencia de viajes y paga 5.000 euros con su tarjeta de crédito. El banco que recibe este dinero, puede volver a prestarlo, descontando el coeficiente de reservas, y así sucesivamente. Ya tenemos, en nuestra economía, 1 millón de euros creado en dinero de banco central, y 55.000 euros creados en dinero bancario.
¿Así que el dinero se multiplica a través de los bancos?
Eso es. Con cada nuevo depósito que se hace en un banco, bien en una cuenta corriente, o en otro tipo de depósitos, el banco puede mover ese dinero y prestarlo o invertirlo. Espera, espera... Yo tengo dinero, y lo meto en mi cuenta del banco. El banco coge mi dinero y se lo presta a alguien o compra un bono. Yo entro en mi cuenta y mi dinero aparece en mi saldo, pero a la vez, mi dinero lo ha recibido alguien. Tal cual. De hecho, ese fenómeno se llama multiplicación monetaria.
Pero nunca se multiplica por dos, porque hay un coeficiente de reservas o caja que el banco debe mantener, obligado por el Banco Central Europeo. Así se asegura que hay suficiente efectivo si la población necesita sacarlo. Piensa que esto lo hacen los bancos a nivel agregado, sumando los saldos de todos sus clientes, no uno por uno. ¿No estás convencido? Porque entiendes que si todos fuésemos a sacar nuestro dinero a la vez, no podríamos.
No hay suficiente dinero impreso; incluso si no hubiese multiplicación monetaria: el Banco Central no imprime todo el dinero que emite, porque una gran parte se utiliza de manera digital, con transferencia, tarjeta, etc. Piensa además cuál sería la alternativa. Sería como si todo el mundo guardase su dinero debajo del colchón, pero en el banco, y con el movimiento de dinero que realizan los bancos, hay más, para que las empresas o los ciudadanos inviertan en tecnología o inmuebles, por ejemplo. La economía crece gracias a la multiplicación monetaria. Y cuando los bancos no hacen esta labor por incertidumbre como al inicio de la pandemia, o porque los mercados interbancarios están cerrados, como en 2008, la economía sufre una grave crisis.
Como siempre, estamos tocando sólo una parte de la complejidad de la economía; la realidad es bastante más compleja y entran muchos factores en juego.