Si está escuchando la Brújula desde España, de esos bolsillos cada vez más vacíos, sacará algún euro. Pero si nos escucha, amiga, amigo oyente, desde otro país, tal vez saque un dólar, un peso o un yen.
¿Qué es una divisa?
Una divisa es la moneda oficial de otro país. Y aquí por moneda no entendemos el objeto metálico y redondo, sino el concepto de dinero en ese país, sea en efectivo o electrónico. Y en ese país, la moneda debería ser medio de pago, depósito de valor y unidad de medida.
Hablamos al principio de la serie, de la hiperinflación alemana de 1922 y cómo el valor del marco cayó tanto, que los propios alemanes dejaron de usarlo como medio de pago. Actualmente, en Venezuela, el bolívar se ha devaluado tanto, que ya no sirve como depósito de valor ni hay confianza en ella como medio de pago, así que la población utiliza el dólar en la mayoría de las transacciones. Como es el dólar el que tiene valor, para ser rico no tienes que ganar mucho dinero en bolívares, sino recibir muchos dólares desde el extranjero. Así que la fortaleza de una divisa va a depender de su uso, tanto dentro del país como fuera.
¿Y cómo sabemos el valor que tiene una divisa? ¿O nuestra propia moneda?
Las divisas también tienen un precio, y se fija en el mercado de divisas o FOREX, la abreviatura de Foreign Exchange. Presume de ser el mercado más libre que existe, porque es tan grande y tiene tantos participantes, que es prácticamente imposible influir en los precios. No tiene ningún órgano regulador ni de compensación, como sí tiene la Bolsa, y todas las transacciones son “Over the counter”, sobre el mostrador, haciendo referencia a la imagen de un vendedor dando a un comprador su producto sobre un mostrador, sin ningún intermediario. Es uno de los mercados que menos duerme… está en funcionamiento 24 horas al día desde nuestro domingo por la tarde, que abren los mercados en Sidney, hasta que el viernes por la noche cierra el mercado de Nueva York.
¿Y quién participa en ese mercado?
Literalmente, todo el mundo. Desde particulares hasta bancos centrales, pasando por empresas de toda índole, de todos los países.
Imagina que tengo una empresa que compra materias primas en Estados Unidos. Necesito comprar dólares con mis euros, que es lo que yo gano aquí. Hace unas horas, el par euro/dólar estaba a 1,21. Eso significa que una unidad de la moneda base, el euro, equivale a 1,21 unidades de la moneda cotizada, así que por 1 euro nos darán 1 dólar y 21 céntimos. Como comprador de una divisa, me interesa que mi moneda esté fuerte, porque así me darán más divisas por cada moneda mía. Quiero que mi moneda se aprecie para que me salga más barata mi compra.
¿Y si en vez de comprar en dólares, mi empresa vende en Estados Unidos y quiero cambiar los dólares a euros? Tienes entonces que invertir el precio y mirar el par dólar/euro, que es 0,83: por cada dólar, te van a dar 83 céntimos de euro. ¿Qué crees que interesará ahora? Pues justo lo contrario: que valga más el dólar, para que me den más euros, ¿no?
Efectivamente; vas a preferir que el dólar se aprecie, o que el euro pierda valor y se deprecie o se devalúe. Hay varios mecanismos económicos para mantener la paridad entre monedas. Si yo fuese la FED y quisiera que dólar subiese su valor, podría por ejemplo subir los tipos de interés. Si en Estados Unidos me dan un 5% de interés por hacer un depósito, y en Europa sólo un 2, los inversores venderán euros y comprarán dólares. Al haber más demanda, el precio del dólar subirá.
Si eres una empresa que opera internacionalmente, el tipo de cambio de las divisas es un factor de riesgo, porque si vendes camisetas en Nueva York, su precio en dólares no varía en toda la temporada, pero los euros que tú consigues al cambio, sí. Por eso en el mercado de divisas también se negocian futuros y coberturas del tipo de cambio, para garantizar que el precio final de lo que compras y vendes no fluctúa demasiado.
¿El yuan es una de las divisas más utilizadas? Pues no… es una de las espinitas que tiene China clavadas… la moneda más internacional sigue siendo el dólar, que se utiliza en un 60% de las operaciones. Le sigue el euro, con un 25%, la libra y el yen, ambas con algo más de un 5%. Y el resto de divisas, se utilizan en el último 5% de las operaciones internacionales.
Y la pregunta del millón… ¿cómo relacionamos el mercado de divisas con las criptomonedas? Esa libertad para hacer transacciones entre individuos sin intermediarios, esa forma de fijar precios sólo influida por la oferta y la demanda, son claves en el concepto de criptomoneda. Mañana hablamos del dinero virtual y en nada, entramos en el mundo bitcoin.