Cuando James Carville el director de campaña de Bill Clinton le aconsejó durante las elecciones de EEUU de 1992 que le dijera a Bush padre: "Es la economía idiota". Quizá nadie, ni él mismo pensaba el recorrido y la estrategia de esa frase.
Hoy en el primer bloque, por cierto, se hablará de economía, pero en estas elecciones, por la situación política general, por cómo se ha desarrollado la precampaña, por cómo se está desarrollando la campaña, las intervenciones, las entrevistas, se está evaluando más la credibilidad de uno y de otro candidato que cualquier otra cosa.
No sabemos si esta noche algún candidato se lo dirá al otro: es la credibilidad estúpido. Pero, en la credibilidad de uno y de otro es donde más se fija el votante, el espectador, el oyente del debate.
Y en el día del cara a cara hoy encontramos actitudes. La primera, como el aspirante a Moncloa es el que ya está en la Moncloa. Pedro Sánchez desde la huida hacia delante convocando precipitadamente las elecciones generales al día siguiente del batacazo electoral del 28 de mayo, ha sido el que habla de remontada, el que pide debates, el que confronta. Actuando más como líder de la oposición aspirante a Moncloa que como Presidente del Gobierno.
La segunda, la preparación del debate de esta noche. Siempre trepidante una cara, quizá no tanto como la arrolladora película protagonizada por Nicolas Cage y Jonh Travolta. Pero, los líderes suelen darlo todo en los debates cara a cara. También actitudes diferentes de Sánchez y Feijóo para el de esta noche. Sánchez anuló todos sus mítines del fin de semana para preparar el debate. Feijóo continuó con su agenda, con sus mítines.
Y la tercera actitud, tiene que ver con la importancia del posible movimiento electoral que produce un debate. Generalmente el aspirante (aunque en esta curiosa ocasión el aspirante, como decimos, es el que gobierna) suele otorgar más importancia a los debates. Casi como la oportunidad de aprovechar todas las ocasiones. En el PSOE, en Ferraz y en Moncloa, tiene esta noche marcada en rojo. Lo observa casi como el ahora o nunca.
Para el PP, el debate será la confirmación de una tendencia.
La realidad, según los expertos, es que los debates aunque puedan servir para fomentar la movilización electoral, afianzar a tu votante, intentar convencer a los indecisos y sacar de la abstención a los decepcionados. Sin embargo, los expertos cada vez más coinciden en que los debates, por estar enmarcada la política en un símil de campaña 'permanente', apenas condicionan el voto. En todo caso, dicen, puede inclinar el voto dentro de un mismo bloque y en un porcentaje que no va mas allá del 2%.
Quizá la suerte esté echada, porque se trata de la credibilidad, estúpido.