Y nos vamos a detener en el tramo final de campaña en las expectativas. Las expectativas las carga el diablo, pero de puertas para adentro en los partidos es lo que dicen, a lo que juegan, a lo que aspiran, con lo que sueñan. Porque antes de que los ciudadanos voten suelen lanzar sus pensamientos al mayor de los optimismos.
Comenzamos con Yolanda Díaz. Ya se bajó del barco que alguien erróneamente le hizo entrever de obtener 50 o más escaños. Más que un tope aquello era una utopía. Ahora ponen la mirada, la barrera psicológica en los 35 diputados. O al menos alrededor de esa cifra. Pero, según las encuestas no lo tienen fácil. Cruzan los dedos para aproximarse a esa barrera de 35, que recordamos fue el resultado que obtuvo Pablo Iglesias, 35 diputados. No vaya ser que el desalojo de Podemos de Sumar, no sume, sino reste.
Pedro Sánchez. Siguen diciendo él y sus asesores que van a ganar las elecciones. Si eso fuera así, para empezar nunca hubiera hablado de remontada. Pero, como eso de ganar es como lo de los 50 escaños de Yolanda, la barrera psicológica algo más real de Sánchez está situada en los 115 escaños. Es lo que le dan de media máxima las encuestas, es la barrera del PSOE.
Alberto Núñez Feijóo. Por soñar soñaba hace poco, porque alguien le susurró al oído que era capaz de llegar a la mayoría absoluta. Pero la realidad, recocida por el propio Feijoo, está en los 150 escaños, y con eso (aunque a partir de ahí tendría que remar) se daría por satisfecho.
Y por último Abascal. Es verdad que los sondeos a VOX siempre, siempre le dan una cifra por debajo de lo que luego obtienen. Pero, también es cierto que los 52 diputados actuales, perderán al menos 20. Y eso ya es un señor batacazo.
Las expectativas, las que luego, el domingo juegan buenas o malas pasadas.