Los alcaldes de las grandes ciudades españolas han entrado, como niños chicos, en una carrera, quizá de pocas luces, a ver quién tiene el árbol más grande, quién tiene más bombillas y quién las enciende antes.
Hoy lo han hecho Madrid y Barcelona, mañana Vigo y detrás todas las demás. Pero llegan tarde. La sevillana Estepa les ha ganado por la mano y por los polvorones y los mantecados. Desde el 3 de noviembre centellean las luces en la ciudad de los dulces navideños. Deslumbrante. Y ya que hay tanta luz en el ambiente, el Gobierno aprovecha para intenta pacificar el sector de las fotovoltaicas.Hay litigios contra España por valor de 10.000 millones de euros. Ha aprobado un decreto por el que a cambio de olvidarse de los juzgados el Estado garantiza a los inversores fotovoltaicos una rentabilidad del 7 con 39% durante 12 años. ¿Será suficiente? ¿O los grandes fondos internacionales mantendrán sus pleitos contra España en los tribunales? Donde hay más sombras que luces es en el currículo de Lagarde.
Cuando la actual presidenta del Banco Central Europeo dirigía Baker Mackenzie esta firma contaba con dos filiales en paraísos fiscales, opacos a las Haciendas. Y hoy brilla de nuevo Globalia. La empresa turística de los Hidalgo sigue muy activa. Tras vender Air Europa hoy han acordado con Barceló, la fusión de sus agencias de viajes. Sin duda el nuevo conglomerado rutilante del sector turístico.