La mirada cítrica: "El muro madrileño de la Covid"
Ignacio Rodríguez Burgos analiza con su particular visión la actualidad económica en La Brújula.
"Vienen semanas muy duras", dice el Presidente del Gobierno tras visitar la sede del Ejecutivo de Madrid. Esta vez bajo los balcones de la Casa de Correos no hay sangre. Ha habido pactos y concordia. Sánchez y Ayuso acuerdan un grupo de coordinación. El Covid hasta cambia el alma de los políticos
Más de 850 mil madrileños ven limitada su movilidad en 37 zonas de la capital y municipios cercanos. Una cicatriz que va de noreste a sudoeste. Es el muro madrileño de la Covid.
Si la maldita curva no se estabiliza habrá que elegir qué medidas implantar y no solo en Madrid, porque la segunda oleada golpea en las zonas urbanas.
Torra, el indepe, busca calentar el ambiente y pide no ir a la capital y controles de temperatura para los que lleguen de Madrid.
Los empresarios de la capital elevan la voz. Piden ayudas para no sucumbir y entrar en la quiebra en unas zonas que todavía no habían conseguido levantar cabeza tras la Recesión financiera. Ahora les acogotan con la Covid.
La vicepresidenta Nadia Calviño explica que no hay que elegir entre pandemia y economía, que las dos van de la mano. Eso lo saben bien los inversores. El riesgo está en nuevos confinamientos y cuarentenas.
Por eso las bolsas del Viejo Continente merman. La bolsa española ha caído un 3,40% y regresa a mínimos de mayo, cuando el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación informa que bancos como HSBC, Barklays o Deutsche Bank, entre otros, no hacen lo suficiente en contra del blanqueo de capitales.
En el diálogo social al final ha saltado la noticia. Hay acuerdo en el teletrabajo y mañana irá al Consejo de Ministros, Otra cosa son los ERTES, aquí la negociación va con retraso.
Y la CEOE no quiere llegar tarde. Presenta 15 proyectos para impulsar la recuperación y conseguir la mayor eficiencia en los Fondos que llegarán de Europa. Son 140 mil millones en seis años, recuerda Calviño que desea una colaboración para movilizar medio billón de euros.
Los empresarios lo que no desean es un nuevo Plan E. No quieren sueños a corto plazo que se conviertan en pesadillas.