En el centro de la Galaxia hay un enorme agujero negro. Según la Academia Sueca son algunos de los secretos más oscuros del universo. Fenómeno siderales que rivalizan con otros secreto oscuros, como son los Presupuestos del Estado. Al menos ya sabemos que su fuerza gravitacional de gasto será de casi 200 mil millones de euros. Y que el agujero fiscal alcanzará este año el 11 con 3%, es decir superará al que se registró en lo peor de la crisis financiera.
El Gobierno ha reconocido que la evolución de la economía este año será peor de lo estimado previamente. Las cifras empeoran a pesar de que en el tercer trimestre la actividad económica recompuso su figura con una elevación del 13%. Pero este crecimiento proviene de las profundas zonas abisales. Por eso el PIB español se hundirá este año un 11,2%.
El problema de descender a esas zonas económicas es que recuperar la flotabilidad es complicado porque, entre otras cosas, genera un aluvión de desempleados. Los agujeros negros y los agujeros fiscales son destructores de mundos y de mercados laborales. Y en esos abismos, con deudas públicas del 118% del PIB, los tiburones siempre están al acecho.
El Gobernador del Banco de España alerta del peligro de que la crisis de la Covid se convierta en una crisis financiera y advierte de que en el último trimestre la EPA mostrará un aumento del paro de larga duración.
Y entremedias España se apunta a uno de los proyectos estrella de la Unión Europea, el desarrollo del hidrogeno como combustible verde y renovable para la industria. El hidrógeno es el combustible de las estrellas, el átomo más común del universo, lástima que sea tan caro de producir en este planeta azul.