Madrid |
Todas las generaciones tienen su etapa de crisis. Algunas son más dramáticas que otras. Nuestros jóvenes son los 'Milenials'; los que en una década van a acumular dos crisis económicas, muy duras. Aunque los economistas dicen que son las dos crisis más intensas de los últimos 100 años, no es del todo cierto, al menos para nuestro país.
De esto saben más los historiadores. En España hubo una generación, la del chupete, que comenzó a afeitarse con la Guerra Civil, se dejó la barba con la Segunda Guerra Mundial y terminó con bigote, deudas, hijos y arrugas prematuras en la cruel autarquía de la dictadura del General Franco. Pero la memoria es frágil y, claro, nos duele lo nuestro.
Los 'milenials' tienen menos ingresos y rentas que las generaciones anteriores, según el Banco de España. Es la ruptura de un progreso casi continuo que comenzó en los sesenta.
En la Gran Recesión del 2008 comenzaron a ganar menos, trabajaban menos horas y con mayor rotación de contratos. Pasaron de empleos de cuatro o cinco meses al año, en 2005 a solo tres meses de media en 2017. Esto, cuando la ministra de Trabajo reconoce que en dos meses se perdieron más de 800.000 empleos por el Covid y con casi 8 millones y medio de trabajadores inactivos, según FEDEA. Y lo que son las cosas, las esperanzas se ponen ahora en el Turismo. En ese sector de escaso valor añadido, según el ministro Garzón.
Hoy, el Gobierno anuncia el fin de la cuarentena para el uno de julio y cruza los dedos para que al menos se recupere parte de la campaña de verano. El Gabinete va a terminar rezando a San Francisco Javier, patrón del turismo. Al tiempo.