Hace 35 años se producía el mayor accidente atómico de la historia. Estallaba la central de Chernobyl. Las autoridades soviéticas, que ocultaron el accidente durante dos días, tuvieron que evacuar a un millón de personas. Murieron miles de habitantes y trabajadores. El accidente posterior de la central japonesa de Fukushima supuso toda una puñalada a la energía nuclear. Hoy, pocas entidades financieras, por no decir ninguna, está dispuesta a respaldar esta energía y los nuevos proyectos, su financiación y desarrollo dependen de los Gobiernos.
Además, las energías renovables no solo han ganado adeptos, es que han abaratado considerablemente su coste. La transición energética es el principal objetivo del Plan de Recuperación, junto con la digitalización de la economía y la formación. Plan que se aprobará mañana en el Consejo de Ministros. La Reforma laboral será difícil de tramitar, reconoce la vicepresidenta Calviño. Dice que no es cuestión de estar tejiendo y destejiendo normas laborales. La vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, apunta ahora que no nos podemos quedar con el “fetiche” de la derogación.
Precariedad laboral en los jóvenes
En los Oscar de este año, la gran ganadora ha sido Nomadland. Cada crisis tiene sus películas. Las Uvas de la Ira para explicar los años treinta, Comanchería para la crisis de las hipotecas subprime, y Nomadland para plasmar la precariedad laboral. Quien sabe de esto, de precariedad laboral son nuestros jóvenes. El 35% de los menores de 30 años no tienen ingresos y con ERTES o sin ellos, un tercio de ellos, con contrato temporal, perdieron su empleo al inicio de la pandemia.
Se quiebra el alma al ver estas cifras sobre nuestros jóvenes. Datos destacados por el propio Banco de España. Y además, el tan cacareado escudo social se comienza a agrietar. La negociación de los ERTES comenzará el día 6 de mayo, más apurado imposible. Pero los ajustes laborales no llegan ya solo por ERTES. También por ERES, con miles de despidos.
Entremedias el mundo cambia a toda velocidad. El bitcoin recupera brillo y la razón es que el estado norteamericano de Wyoming ha otorgado carta bancaria a las plataformas que compran y venden criptomonedas. Así que Wyoming, cuya capital es Cheyenne, se convierte en la capital del salvaje oeste digital.