Este jueves la cosa económica sigue dando vuelta entorno a los teléfonos y no solo Telefónica. China ha prohibido a sus funcionarios la utilización de los dispositivos Apple en contestación a la prohibición de EEUU a sus empleados públicos a utilizar Tik Tok. Es una muestra de cómo las telecomunicaciones se han convertido en cuestión de Estado. Es cuestión de esperar que vengan más cosas.
Lo último de la entrada de STC en Telefónica llega de Bruselas. La Comisión Europea no ha querido valorar la operación, pero, por si acaso, recuerda que Europa tiene mecanismos y normas para vigilar inversiones extranjeras para “identificar y afrontar posibles amenazas” para la seguridad. La polémica también se centra ahora en la ignorancia del Gobierno en la operación. El ministro Escrivá dice que estas operaciones son muy discretas.
La operación se venía gestando desde hace tiempo, desde hace seis meses con pequeñas compras de bancos de inversión. Hablamos de 2.100 millones, cantidad considerable. Por eso, como apunta Joaquín Robles, analista de XTB, extraña que el Gobierno español no la detectara. Feijóo carga contra el Gobierno por no enterarse de las intenciones de Arabia Saudí y la Casa Real niega que tuviera, de antemano, conocimiento de la operación.
Pedro Sánchez positivo en Covid
Pues este fin de semana se celebra en Nueva Delhi la cumbre del G-20. Allí estará el príncipe heredero de Arabía Saudí, Bin Salman, pero no Pedro Sánchez, que no acudirá al dar positivo en Covid. En los análisis previos al viaje el presidente ha dado positivo en Covid. España estará representada por la vicepresidenta Nadia Calviño. También son interesantes algunos análisis de las agencias de rating, como Scope, que duda de que Arabia Saudí quiera hacerse con el control de Telefónica. Scope también indica cómo los países europeos consideran estratégicas las compañías de telecomunicaciones por seguridad, y más tras el escándalo Snowden, el tráfico de datos y la extensión del teletrabajo.
Y mucho tiene que ver, también, con Arabía Saudí el encarecimiento de los carburantes. Arabia Saudí recortó su producción de petróleo. Y las gasolinas están en máximos del último año, en 1,71 euros el litro de media. En el verano se han encarecido el 13%. El petróleo deja pingües beneficios, pero tiene fecha de caducidad, de ahí la obsesión de los países del Golfo para diversificar inversiones. Por cierto, también diversifican las petroleras. Repsol ha comprado esta tarde, por algo más de 700 millones, la renovable estadounidense ConnectGen después de vender ayer todos sus activos petroleros en Canadá.
El primero es que la economía de la zona euro solo ha crecido un 0,1%. Una solitaria y escuálida décima. Segundo, que los Fondos Europeos no terminan de desplegarse. El Banco de España avisa de que las inversiones completadas con los fondos comunitarios no alcanzan ni el 10%. Pide que se supervise la capacidad de absorción de este dinero europeo, en especial en Italia y nuestro país. Y alerta sobre el posible retraso en las reformas por la actual indecisión política. Hoy se cumplen dos años de la adopción del bitcoin como moneda curso legal en El Salvador de Nayib Bukele
