Naranja, naranja fosforito, naranja emergencia. El Gobierno francés ha decidido activar la alerta naranja energética. Y es que en Francia alrededor de la mitad de las centrales nucleares, y tiene casi 60 reactores, han parado por cuestiones de mantenimiento, lo que ha elevado el precio mayorista de la electricidad en Francia a los 3.000 euros el megavatio. Y no ha subido más porque ahí, en los 3.000 euros, colocó la Comisión Europea el tope máximo.
Ésta es la demostración del carajal energético en el que vive la Unión Europea. A la vez, Emmanuel Macron pide incrementar las sanciones contra Rusia por la masacre de civiles en Bucha. Macron propone, además, dejar de comprar petróleo y carbón ruso, pero de cortar la adquisición de gas ruso, ni mu.
En Bruselas, los ministros de economía de la zona euro han analizado la cuestión. La situación en Ucrania y los efectos de la guerra. Paolo Gentiloni, el comisario de economía europeo reconoce que Europa crecerá menos de lo esperado. A la vez, asegura que no entraremos en recesión.
Baja el paro en casi 3.000 personas y aumenta la afiliación a la Seguridad Social
Por lo pronto, los datos del paro de marzo han sido agridulces. Son buenos pero presentan sombras. Baja el paro en casi 3.000 personas y aumenta la afiliación a la Seguridad Social, pero menos de lo previsto por el ministro Escrivá. Y es que la huelga de los camioneros hizo mella en el sector del transporte y también en la construcción y obturó parte de la cadena de suministros. Esto frenó la creación de empleo.
Es interesante la evolución de la contratación indefinida. En marzo superó el 30% de la contratación total, más de medio millón de contratos fijos aunque casi la mitad de ellos fueron contratos fijos a tiempo parcial. El mercado laboral notó la huelga de camioneros, pero también la alta inflación y el impacto de la guerra con mayor incertidumbre en la inversión. El horizonte no está claro. Hay tormentas. No termina de escampar.