Hace casi un siglo, un día como hoy, se comenzaron a vender los primeros alimentos congelados. Los inventores del sistema lo primero que hicieron fue vender la patente a Postum Company y a Goldman Sachs, el banco de inversiones que ya, hace cien años, buscaba negocio incluso entre los filetes de merluza congelados. El caso es que ambas empresas crearon la General Foods y comenzaron a vender guisantes, espinacas, fruta y pescado congelado en Springfield. Vaya, la ciudad de los Simpson.
Lo que también ha dejado helado a más de uno ha sido el informe sobre las pequeñas y medianas empresas elaborado por la CEPYME. La conclusión es que la situación de las pymes es crítica y tan delicada como en 2014. Los costes crecen tres puntos más que las ventas, cae la rentabilidad y los márgenes de las compañías. Para redondear el gélido momento, se endurece el acceso al crédito justo cuando estamos en vísperas de subidas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo.
La visión que se tiene desde el Banco Central no tiene nada que ver con la visión que se pueda tener de la Alhambra. Eso lo sabe todo el mundo. Es mucho menos romántica, vamos la visión desde el Banco Central es mucho más prosaica, incluso vulgar, material. Es dinero. Pero el Banco Central Europeo se enfrenta a la difícil disyuntiva de ir finalizando la copra de emergencia de activos sin que se disparen las primas de riesgo de la deuda pública. La prima de riesgo española está en los 117 puntos básicos. La prima de riesgo italiana supera los 210 puntos, ya está bailando una tarantela
En este contexto las empresas maniobran para encontrar negocios apetecibles. Por ejemplo, Ferrovial compra a Carlyle la mitad de la nueva terminal del aeropuerto neoyorquino JFK. Acerinox enfría su fusión con Aperam y, por lo tanto, congela la posibilidad de crear un gigante del acero. A la vez, la constructora Sacyr se marcha definitivamente del capital de Repsol después de 16 años en el mismo. Entró con la idea de controlarla petrolera.
El mundo del petróleo sigue encendido y revuelto. La Guerra de Ucrania provoca movimientos telúricos insospechados, como por ejemplo, que el régimen de Maduro anuncie un acuerdo para que compañías como Repsol o la italiana ENI exploren, exploten y exporten petróleo venezolano a Europa. Maduro incluso ha abierto las puertas a la estadounidense Chevron para la misma cuestión.. Esto Putin tampoco lo había previsto
Y para remate, lo último de Twitter y Elon Musk. El pajarito azul vuela en barrena, en picado. El hombre más rico del mundo ha decidido desplumar al pollo. Vuelve a amenazar con abandonar la operación de compra de la red social tras acusar a sus directivos de no querer abrir las cuentas. Lo que se ha abierto, pero en canal, es la cotización bursátil de Twitter.
