La crisis de ucrania ha puesto en solfa la pretendida seguridad energética de Europa mientras se mantiene la tensión en el Este de Europa. La energía es uno de los flancos débiles del Viejo Continente. El otro es la falta de criterio unificado para enfrentarse al problema.
Cada país lleva el ascua a su brasero. Alemania arrastra los pies frente al gigante ruso, frente a Putin porque es el que más estrechamente unió su industria con Moscú. Al fin y al cabo financió y construyó un gasoducto, el Nordstrom 2 por las profundidades del mar Báltico para sortear, para saltarse a Polonia.
Pero hay cordones umbilicales que se convierten en cadenas. La Comisión Europea admite como verde transitorio al gas y a la nuclear. Necesita esta taxonomía para que sigan atrayendo inversiones hasta que las renovables ganen la partida en 2050. Pero hasta entonces… El primer país en mover el átomo ha sido Francia. Emmanuel Macron está a 60 días de las elecciones generales, y como todo el mundo sabe cualquier elección tiene una alta carga de radiactividad política.
Así que Macron va contra la corriente, contra lo decidido en Alemania o en España, y anuncia la construcción de 6 nuevos reactores nucleares, ampliables a 14. Estas plantas sustituirán a la docena que se cerrarán de aquí a 2035. La inversión inicial es de 50.000 mil millones de euros. Para hacernos una idea, Juanra, los fondos europeos para España, que no debe devolver, son 70.000 millones.
El hexágono galo es más atómico. Mientras, los carburantes siguen increscendo. Las gasolinas marcan en España un nuevo récord y roza casi el 1,60 euros. La inflación sigue siendo uno de los problemas más graves para la recuperación. Lo apunta la misma Comisión Europea en sus previsiones de invierno. Previsiones que mejoran en una décima las estimaciones de crecimiento para España, al 5,6%, que sigue estando a años luz del 7% que prevé el Gobierno. Calviño mantiene sin cambios su cuadro macro
Un cuadro macro cada día más cubista o del expresionismo abstracto del letón Mark Rothko. Además, Naturgy anuncia la división en dos empresas en una intento de solventar las luchas internas y para complicar el panorama global, la inflación en Estados Unidos alcanza el 7,5%. El mismo nivel que había en 1982, cuando Ronald Reagan iniciaba la revolución conservadora en la Casa Blanca y en Moscú declinaba la era Breznev y la URSS.
