La General Electric es de nuevo noticia. Durante décadas fue la empresa más grande de Estados Unidos y del mundo, hasta la irrupción en los negocios de todo el universo digital y electrónico. Hoy sus acciones se disparan por el anuncio de división en tres sociedades: la energética, la sanitaria y la aeronáutica.
General Electric nació a finales del siglo XIX, fundada por el inventor Thomas Alva Edison. A trompicones, fue creciendo con miles de patentes y con la guerra encarnizada entre Edison y Nikola Tesla, entre la corriente continua y la corriente alterna. Al final, fue otro gigante el que entró en juego, el banquero JP Morgan, quien se hizo con la compañía tras desplazar de la misma al genial inventor de la bombilla, el fonógrafo y también de las primeras baterías de níquel-hierro y alguno de los pioneros vehículos eléctricos.
General Electric no solo va a apostar por el negocio de la salud, sino también por el de las energías renovables, mientras la Cumbre del Clima de Glasgow naufraga en las pantanosas orillas escocesas del rio Clyde. Mañana la luz salta de nuevo a las cercanías de los 200 euros el megavatio, en los 199 euros con 28 céntimos de media.
Este miércoles también entrará en vigor el nuevo impuesto de plusvalías que, como indicábamos, abrirá numerosos litigios judiciales. Primero, porque muchas personas que pagaron un impuesto nulo terminarán acudiendo a los tribunales europeos para recuperar el dinero. Segundo, porque hay dudas del camino elegido por el Gobierno, el Real Decreto. Y tercero, porque, según la norma, deberá ser el contribuyente el que demuestre que no hay ganancias en la venta de su propiedad. Es decir, el ayuntamiento siempre querrá cobrar y el contribuyente será habitualmente sospechoso.
Por último, el lunes 15 se acaba el plazo para tener encima de la mesa el nuevo Mecanismo de Equidad en las pensiones. Escrivá lo quiere resolver con una subida de las cotizaciones sociales del 0,6%. Mientras tanto, sobrevuela en España una de las grandes compras de armamento de la historia. La adquisición de los F-35, uno de los aviones de combate más modernos del mundo. Es el único candidato para el portaaviones de la Armada y el único con despegue vertical para sustituir a los Harrier. Solo una dificultad. Cada F-35, de entrada, cuesta 110 millones de dólares. Que no es calderilla.