El Gobierno de Baleares ha descubierto la palabra expropiación. En esto es pionero. Ha decidido resolver el problema de la vivienda social a golpe de expropiación. El Gobierno de la socialista Francina Armengol, junto con sus socios de Podemos y los nacionalistas de Més, se apoya en una ley del 2018 para iniciar la expropiación temporal de 56 casas en las islas, propiedad de grandes tenedores, bancos y fondos, para dedicarlas a vivienda sociales.
El caso es que el Gobierno balear se queda con las casas durante, al menos, siete años y abonará 1,8 millones. Un precio muy por debajo del precio del mercado e incluso por debajo de la referencia del propio Ministerio de Ábalos. La cosa puede terminar en los tribunales, según los expertos, mientras también piensan que ahuyentará las inversiones.
A la vez, el Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia 2030, donde se vuelve a mencionar el control de los alquileres, Iglesias no desfallece. La ministra portavoz afirma que esto no debe generar enfrentamientos, cuando los precios del alquiler están bajando por culpa de la Covid. La nonata Ley de Vivienda de Ábalos se ha convertido en un campo de batalla donde Psoe y Podemos excavan sus trincheras.
Baleares y Canarias las más castigadas por la caída del turismo
Los últimos datos de Turismo muestran una caída del 85,5% en la llegada de viajeros en el mes de enero y un retroceso de los ingresos por turistas del 90%. Baleares es de las más castigadas, al igual que Canarias y todas las regiones turísticas. Para más inri, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal recorta sus previsiones sobre la economía española para este trimestre, afirma que el PIB caerá un 1,3% a tenor de los malos datos de empleo.
Y es que en febrero el paro aumentó en más de 44.000 personas y de nuevo se salta por encima de los 4 millones de desempleados en el registro de las oficinas públicas. Si se suman los 900 mil trabajadores en ERTE, el medio millones de autónomos en cese de actividad y los parados no contabilizados porque están en cursos de formación, los inactivos en España rondan los 6 millones. El mercado laboral, de nuevo, está bajo un manto de nubes a la espera de que la vacunación despeje el horizonte.