Las miradas de buena parte de las grandes empresas españolas están puestas hoy día en dos gigantescas 'Bes'. En la B de Brasil con la victoria de Lula. Y en la B de Bruselas con la inflación que deja contra las cuendas al BCE. Así que, vamos por orden, comencemos con la batucada brasileira.
Brasil supone un tercio del PIB de Iberoamérica. Es, sin duda, la potencia regional. Y es uno de los principales destinos de las inversiones españolas tras México. En Brasil, las empresas españolas cuentan con un stock inversor de unos 40.000 millones de euros. Con Bolsonaro la economía brasileña, muy vinculada a China, se frenó. Lula vence por tercera vez.
La preocupación se centra en las reticencias de Bolsonaro y en la actitud de algunos de sus seguidores. Grupos de camioneros partidarios de Bolsonaro bloquean y cortan carreteras en 11 estados. Se teme la división y más cuando las dos cámaras del Congreso brasileño mantienen la mayoría conservadora.
La otra B nos lleva a Bruselas, a los datos de inflación y crecimiento de la zona euro. Estamos en la noche de Halloween y no deja de ser terrorífica la inflación en la zona euro. Como si fuera un vampiro, la inflación chupa los ahorros y el poder adquisitivo. Se ha colado por la ventana hasta la cocina. La inflación escala al 10,7% en la zona euro. La inflación en España crece casi 3 puntos y medio porcentuales menos que la media europea. El problema es que Italia ya roza el 13% y nuestro principal cliente, Alemania cuenta ya con una inflación en el 11,6% y para los germanos una alta inflación les genera psicosis.
Lo que también es horripilante es la evolución del PIB. La eurozona solo crece a un ritmo del 0,2%, lo mismo que España. El Ministerio de Economía asegura que a pesar de que Rusia cortó el gas Europa sigue creciendo. La cuestión es que las familias sufren las subidas de los tipos de interés en el flanco que más duele, el de la hipoteca.
El Euribor ha despedido octubre en el 2,62%. La hipoteca media sube aproximadamente 210 euros al mes. En el último año los préstamos hipotecarios a tipo variable se han encarecido un 40%. Hay cada vez más barro en el ladrillo. Y si la compra de una casa es cara, el alquiler también. Según Idealista, en España, de media, se dedica casi el 30% del sueldo mensual a pagar el alquiler de la vivienda. En Madrid sube al 40% y en Barcelona, el alquiler se lleva la mitad del salario. Complicado para sacar a una familia adelante. Terrorífico.