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La mirada cítrica: El Instituto Nacional de Estadística se ha convertido en la diana del Gobierno

El análisis de la actualidad económica de Ignacio Rodríguez Burgos en La Brújula

ondacero.es

Madrid | 02.02.2022 21:22

La estadística es la primera de las ciencias inexactas, que apuntaba Edmond de Goncourt. Es lo que pensaba este escritor francés a finales del siglo XIX y es lo que se puede pensar hoy día, bien entrado el siglo XXI

El Gobierno mantiene un conflicto enrevesado con los datos. La presentación de las cifras y de los números puede significar un relato positivo o más bien anodino e incómodo de la marcha económica. El Instituto Nacional de Estadística, organismo público y respetado donde los haya, se ha convertido en la diana se clavan los dardos del Ejecutivo que digiere malamente las mediocres estadísticas de crecimiento económico. Un avance del 5% del PIB en el 2021 coloca a España en los últimos lugares de la recuperación europea.

El INE sufre los ataque lanzados desde diversos organismos por cómo ha contabilizado la inflación a costa de la electricidad. En el cómputo de la cesta de la compra de las familias solo se contabiliza el precio protegido de la electricidad, en el que se encuentran más de 11 millones de hogares. No se recogen los datos del mercado libre. Algunos estiman que la inflación está sobrevalorada. Tradicionalmente el INE solo ha calculado el precio protegido del recibo de la luz y el reproche llega tras fracasar Pedro Sánchez en sus previsiones de costes lumínicos.

Pero la cosa tiene un trasfondo de mayor enjundia. Y es que las revalorizaciones y actualizaciones de las pensiones, decreto de mascarillas dios mediante, se calcularon con una inflación que cerró el año en el 6,5%. Si se hubiera introducido el dato del mercado libre eléctrico, la inflación hubiera terminado en el 4,6% y al reducirse la media el Estado podría haberse ahorrado un buen pico en la factura de las pensiones.

En cualquier caso, la inflación marca máximos históricos en la zona euro, en el 5,1%, lo que mete más presión a la reunión de mañana del Banco Central Europeo. Apuntaba Mark Twain que hay tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas. No hay que llegar tan lejos como el autor estadounidense pero en los datos del paro cada uno escoge la parte que le interesa, aunque la auténtica verdad está en las colas del antiguo INEM.

El Gobierno destaca el aumento de la contratación indefinida que achaca ya a los efectos beatíficos de la Reforma Laboral. Los expertos dicen que habrá que esperar meses para comprobar estas influencias. Pero la Reforma laboral se vota mañana y hay que llevar el ascua a la sardina. Un dato interesante es que fue el menor aumento del paro en un mes de enero en 25 años. Y no deja de ser también interesante que se destruyeran casi 200.000 empleos según la afiliación media de la Seguridad Social.

Y como todo el mundo ve la realidad según el cristal con el que mire, la Comisión Europea ve el gas y la energía nuclear de color verde. La cosa terminará en los tribunales europeos. Es lo que tienen los colores y sobre todo la política y el interés y el colocarse a toda costa unas gafas esmeraldas.