Ya saben lo que dicen, Juanra, reunión de pastores, oveja muerta. El caso es que el próximo viernes el Gobierno se va a reunir con el sector financiero, con la patronal bancaria, con las entidades y con el Banco de España para discutir el nuevo impuesto, la nueva contribución sobre la banca. Se especula que será sobre los intereses y las comisiones. La vicepresidenta Nadia Calviño dice que están trabajando en ello y que será con una fórmula para que el impuesto no se repercuta en los clientes. Lo dicho... oveja muerta .
Los técnicos de Hacienda trabajan a destajo en el diseño del impuesto, que después los dirigentes políticos cotejarán con la banca. Esto no ocurre todos los días ni en todos los sectores, que se discutan los impuestos con las partes afectadas.
Estas medidas son, según el Gobierno, para hacer frente al impacto, a los efectos negativos de la Guerra. Y el efecto más intenso es la subida de precios. El petróleo de nuevo se encarece mientras la Agencia Internacional de la Energía defiende una campaña a favor del ahorro del consumo energético y apuesta por la energía nuclear para reducir la dependencia de Rusia. Gazprom ha dado otra vuelta al grifo y ha recortado el envío de gas a varias empresas europeas. La gasística rusa lo achaca a causas de "fuerza mayor". Y en Rusia ya se sabe quien tiene la mayor fuerza.
A la vez Mario Draghi se va de compras a Argelia y el presidente francés, Emmanuel Macron ha iniciado una gira por los Emiratos Árabes. La cosa es llenar el camión del gas y que la fuente no se agote.
El impacto más evidente de la invasión rusa de Ucrania y las posteriores sanciones y contra sanciones es la elevación de precios y no solo de la energía, también de los alimentos. Las olas de calor han complicado, además, la cosecha de cereales con un recorte de la recogida. La Fundación de las Cajas de Ahorro eleva sus estimaciones de inflación hasta el 8,8% en España mientras la vicepresidenta Calviño reconoce preocupación, pero insiste en que la economía española despedirá el año con un crecimiento del 4%.
El otoño será más que complejo. Caerán las hojas y la actividad económica. Es lo que dice Funcas. Después de las vacaciones llegará la juerga. Lo malo es que casi cinco millones de españoles no podrán irse de vacaciones ni una sola semana, según la Confederación Europea de Sindicatos. Y encima, como advierte Funca, al regreso del verano el turismo ya no cubrirá, no compensará el retroceso de la demanda.