Estamos pendientes de los Presupuestos del Estado. Ya sabes, las dos formaciones que conforman el Gobierno negocian los último flecos para aprobar mañana en el Consejo de Ministros las Cuentas Públicas del año que viene. El problema Rafa es que hay más flecos que en la manta de la abuela. Y muchos cuadritos por confeccionar.
El ganchillo negociador cuesta. Unidas Podemos está molesta porque la ley Mordaza ha estado más tiempo en vigor con este Gobierno que con el PP.. Pero claro en este Gobierno, también está la formación morada. Y la ley de Vivienda lleva 8 meses parada. La Sagrada Familia de Barcelona puede terminarse antes. Además, el portavoz de Podemos, Pablo Fernandez, dice que nanai al aumento del gasto en Defensa
A los de Podemos no les gusta lo del gasto en podemos, ni la música militar, y menos si la Marcha Radetzky, claro. Unos presupuestos que llegan de la mano de reformas fiscal subidas y bajadas de impuestos.
Llegan con 198.000 millones de euros de gasto no financiero y un recorte tributario a las rentas de trabajo de entre 18.000 y 21.000 euros y el nuevo Impuesto a las grandes fortunas. A los empleados públicos una subida de 7,5% en los dos próximos años, lo que rechaza la CSIF. Y la revalorización de las pensiones según la inflación media. Unos 15.000 millones más de factura para la Seguridad Social. Y todo esto acompañado de un recorte de la previsión de crecimiento el año que viene
Al menos, mejora las estimaciones para este año, al 4,4%. Con lo cual el frenazo del año que viene será más intenso.
Si, es una noticia agridulce. En el Instituto de la Empresa familiar, el 58% de sus socios piensan que el año que viene la economía será más frágil y se estanca la creación de empleo. Además, hay sorpresas al otro lado del Canal de la Mancha. El Gobierno de Liz Truss da marcha atrás y anula la rebaja fiscal para las grandes rentas. Y en bolsa, tres apuntes rápidos: primero la bolsa estrena octubre con subidas del 1,30%. Segundo, el petróleo se encarece un 4% porque la OPEP quiere recortar la producción y tercero, las sorprendentes dificultades que golpean a Credit Suisse ha llegado a caer un 11%. Ya, Rafa, la banca suiza también tiene que aguantar la presión..
