Como todos ustedes están debatiendo ardorosamente en los autobuses, en el metro, en el bar, en el centro de trabajo, les vamos a contar la historia de cómo el comisario Reynders dejó de ser bienvenido en España.
No me diga que no sabe quién es el comisario Reynders… Bueno, por si acaso, solo por si acaso, vamos a explicarlo todo desde el principio. España es un país curioso, cuyo Gobierno y cuya oposición tienen la insana costumbre de eludir sus responsabilidades. Una de sus maniobras más habituales consiste en mirar a Bruselas para que les resuelvan los asuntos que ellos tienen la responsabilidad de resolver.
Es lo que hemos bautizado con el nombre de la falacia ad bruselam. Y aquí es donde entra el señor Reynders, que es el comisario de Justicia de la Unión Europea y cuyo nombre ha invocado constantemente el Gobierno como argumento de autoridad porque el bueno de Reynders insiste desde hace tiempo en que hay que desbloquear los nombramientos del Poder Judicial como sea, porque la situación de la Justicia en España es crítica.
Esto lo hace el Gobierno, claro, para presionar a la oposición del Partido Popular, que desde hace años incumple su deber constitucional de facilitar la renovación del órgano. Ahora Reynders ha visitado España pero en lugar de una comitiva de bienvenida le ha recibido una paginaza de El País en la que el Gobierno lo desautoriza así: «Malestar en La Moncloa con el comisario de Justicia por su cercanía al PP». Ya con su propia voz, el ministro Bolaños no se ha mostrado demasiado entusiasmado con la visita del bueno de Reynders,
¿Qué ha ocurrido? El problema no es que Reynders haya mantenido una reunión hace 10 días con Esteban González Pons, negociador del PP. No. Porque Reynders dice que también ha mantenido reuniones preparatorias con miembros del Gobierno. El problema es que Reynders considera que no sólo hay que renovar el CGPJ sino que España debe cambiar el sistema para elegir sus magistrados para hacerlo más independiente y eso el gobierno no lo quería escuchar porque es justo la condición que le pone el PP para avenirse al acuerdo. O sea, digamos que Reynders le está dando la razón al PP.
¿Y ahora qué hacemos con Reynders? Porque por mucho que lo traten de desautorizar, cinco ministros se van a reunir con él y comparecerá en la Comisión de Justicia y presentará el informe en el que defiende que a los jueces los han de elegir los jueces. Creo que se entiende por qué el comisario Reynders ya no es bienvenido por parte del gobierno de España.
Está siendo una tarde cargada de noticias. Hace una hora les contábamos el resultado de la negociación entre el gobierno y los sindicatos en la Mesa de Función Pública. El Gobierno ofrece a los funcionarios una subida retroactiva del 1,5% para este año, del 2,5% para el próximo y otro 2% en 2024. También les ha ofrecido a los funcionarios la jornada laboral de 35 horas. Veremos si les convence, ya saben que se movilizaron el pasado fin de semana
Durante toda la tarde la noticia ha estado cociéndose en una sala del Palacio de San Jaime en Barcelona. Allí ha convocado Pere Aragonés a su gobierno y de ahí puede salir una solución a la crisis que vive la Generalitat o una ruptura entre Esquerra y Junts. El odio que se profesan los independentistas entre sí es tan sincero que a Esquerra y Junts ya los podemos considerar enemigos íntimos.
No es normal que un presidente independentista sea repudiado en una Diada y eso ha ocurrido este año con Aragonés, que soportó con estoicismo los insultos de los puigdemónicos y los hiperventilados de Laura Borrás. Lo que pasa es que Pere Aragones cree que sus socios han llegado demasiado lejos cuando abrieron la puerta a una cuestión de confianza. Eso ya ha sido demasiado, así que el president limpió su agenda de actos pendientes, tocó la corneta y los convocó en la sede del Gobierno.
Hoy el tema en la sesión de control ha sido… los impuestos. Siguen sumándose comunidades a las rebajas de impuestos. Pronto serán once, si las socialistas Navarra, Canarias, Castilla La Mancha y Aragón se animan finalmente a reducir el tramo autonómico del IRPF, como planean.
Los impuestos ha sido el tema sobre el que ha girado la sesión de control en el Congreso, porque la oposición no ha desaprovechado la ocasión de señalar que las comunidades socialistas están dejando fuera de juego al gobierno.
PSOE y Unidas Podemos están negociando el paquete fiscal que va a presentar el Gobierno uno de estos días. Veremos cuál es el plan resultante, por el momento lo que sabemos son las condiciones que está poniendo Unidas Podemos, que por el momento guarda serias discrepancias no sólo en materia de política fiscal, también en lo que se refiere a los Presupuestos. Esto decía hoy Yolanda Díaz
Creo que no queda un sólo barón por expresarse sobre los impuestos. Todo lo que se está diciendo es discutible. Yo creo que es un debate muy relevante. Mira que no hemos derrochado esfuerzos en España en discutir sobre chorradas… este en cambio es un tema medular, la política fiscal, la igualdad entre los españoles… Ahora, creo que merece que nos detengamos un nanosegundo en este testimonio tan revelador. Reconocerán la voz porque es como un acufeno en el oido de los españoles, como un fosfeno es su mirada. Por si acaso, es el presidente cántabro Miguel Ángel Revilla.
Regalar. ¿Ha utilizado el verbo regalar? A ver, escuchemos de nuevo
Sí hemos oído bien. Como será la mentalidad de este hombre después de tantos trienios amorrado al presupuesto que se cree que bajar los impuestos es regalarle el dinero a los españoles. No, oiga, no se confunda, que el dinero lo ganan los españoles y luego pagan los impuestos de los cuales sale su sueldo. O sea, nadie les regala nada. Otra cosa es que deban contribuir más o menos. ¿Pero regalar? Ya hay que estar incrustado en la administración para considerar que aquí todo el dinero es del Estado y el que por casualidad cae en el bolsillo de los españoles es porque se lo han regalado.