EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "La consigna es evitar como sea la palabra amnistía"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre las declaraciones de Guerra acerca de Yolanda Díaz y la respuesta entre los distintos políticos, la conversación entre Feijóo y Page y la aprobación del nuevo reglamento del Congreso, por el que los diputados pueden dirigirse en hemiciclo a la nación en euskera, catalán o gallego.

Rafa Latorre

Madrid | 21.09.2023 20:19

Nos hemos venido a Málaga a presentar la programación de Onda Cero. ¿Por qué? Si estuvieran aquí no se lo preguntarían. Por de pronto les hablamos desde el imponente del Palacio de la Aduana, que es la sede del Museo de Málaga. Luego hablaremos con el alcalde Francisco de la Torre, que seguro que le envía un recuerdo a Gerard Piqué. ¿Saben que la última de Shakira es meterse con el padre de Piqué en una canción? Con su ex-suegro.

Aquí en Málaga hay mucha gente que está haciendo como Shakira: acordarse del padre de Piqué. Es que ahora Piqué es youtuber o streamer y él, que siempre fue un hombre chistoso, ahora ha montado una buena porque ha animado a sus seguidores a bañarse en la histórica fuente de la plaza del Obispo (fechada en el siglo XVIII) para conseguir entradas gratuitas para las finales de la Kings y la Queen League, que se celebrarán aquí el próximo 14 de octubre. Y la gente, pues, como Shakira, se ha acordado de su padre.

Luego también hablaremos con el presidente andaluz Juanma Moreno, que hace unos días decía que estaba él más cerca de Felipe González y de Alfonso Guerra que los propios socialistas. Hoy desde luego, porque menuda le está cayendo a los refundadores del socialismo moderno de parte de sus retoños. Aunque lo más divertido es la coreografía del equipo de sincronizada, que para no entrar en el debate sobre la amnistía y las negociaciones con Carles Puigdemont han decidido que van a cancelar a Guerra por machista.

Le decía esto a Susana Griso en Espejo Público de Antena 3 y Griso le advertía: «la que le va a caer por eso». Pero, a Guerra le da igual. No ahora. Es que siempre le ha dado igual. Al hombre que bautizó a Loyola de Palacio como la monja alférez, al que dijo que Soledad Becerril era como Carlos II disfrazado de Mariquita Pérez, el que llamó mariposón a Rajoy, lo van a callar llamándole machista. Claro que entonces se metía con políticas del PP y ahora con la socia Yolanda Díaz y eso sí que no.

Alfonso Guerra ha acusado a Sánchez de cosas muuuuucho más graves que de pasar demasiado tiempo en la peluquería

Esto es lo que Carmen Calvo dice cuando le preguntan por las críticas contra la amnistía. Le preguntan por la amnistía y ella contesta por la peluquería. ¿Se advierte bien la maniobra? Porque es bastante burda. Oiga, que Alfonso Guerra ha acusado a Sánchez de cosas muuuuucho más graves que de pasar demasiado tiempo en la peluquería. Que ha dicho que está situando al PSOE fuera de la legalidad con la amnistía para satisfacer a un forajido. Ya, pero la consigna es evitar como sea la maldita palabra y sofocar como sea el debate, ya sea enterrándolo bajo montañas de indignación por cualquier anécdota.

El que sí se ha enfrentado de cara al debate ha sido Miquel Iceta y bien está que así sea, porque Iceta fue antes de Ministro de Cultura, ministro de política territorial y antes, secretario general de los socialistas de Catalunya. Es un hombre que siempre ha anticipado cuál será la posición del PSOE sobre política territorial. Fue el primero en decir que España era un Estado plurinacional. Incluso dijo que tenía contadas las naciones que había en España y que le salían ocho. Creo.

Fue el primero en fantasear con los indultos, antes incluso de que los del procés fueran condenados. Todo se ha cumplido con puntualidad. Por eso no hay razones para dudar de que algún día se convoque un referéndum de independencia, porque el mismo Iceta ya le recomendó a los independentistas que esperasen a tener un apoyo suficiente a la autodeterminación, que el referéndum caería como fruta madura.

A la cobija de Page ha acudido esta tarde Alberto Núñez Feijóo

Normal que diga antiguo. Porque él vive en el futuro. Lo que pasa es que lo que él piensa, me temo, es mayoritario en los cuadros socialistas, que ven a estos dos, González y Guerra como unas antiguallas y unos aguafiestas que le van a a arruinar la investidura a Pedro Sánchez.Quizás Emiliano García Page no piensa así. Al menos algo ha levantado la voz y ha hecho algo aún más importante, llamativo e incluso estridente como es acudir al Ateneo para acompañar como público a Alfonso Guerra en la presentación de su libro.

Felipe González ha pronunciado una frase que ha causado fortuna. Vamos a tener que refugiarnos en la cobija de Page. Que no es habitual utilizar el sustantivo cobija. A la cobija de Page ha acudido esta tarde Alberto Núñez Feijóo, que ha llamado al presidente castellanomanchego para charlar un rato antes de la investidura. En el PP dicen que forma parte de la ronda que Feijóo hace con los presidentes autonómicos, pero esto ha excitado las mentes calenturiantes, que se imaginan a Feijóo pidiendo a Page cuatro manchegos justos para apoyar su investidura. No, eso parece improbable, desde luego.

Como también parece improbable que volvamos a escuchar a algún diputado del PP utilizando una lengua cooficial en el Congreso, después de la que le cayó a Semper. Hoy le preguntaron al presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda por el tema y él ha contestado que él está en contra del Congreso plurilingüe, pero que si alguno de los diputados gallegos quiere usar la lengua de Castelao, pues adelante.

Ahora ya se aplican las reformas mientras se debaten. Si lo conviene a Sánchez para su investidura bien está.

Por cierto que hoy se ha aprobado con 180 votos a favor el nuevo reglamento del Congreso, por el que los diputados pueden dirigirse en hemiciclo a la nación en euskera, catalán o gallego para que luego un intérprete los traduzca al castellano.

Y dirá usted: pero si llevan dos días los diputados hablando en catalán o aragonés o aranés. ¿Cómo que se ha aprobado ahora? Ah, porque es que ahora ya no espera a debatir y a votar las reformas antes de que entren en vigor. Los procedimientos son algo viejo, demodé, anacrónico, como los socialistas de antes. Ahora ya se aplican las reformas mientras se debaten. Si lo conviene a Sánchez para su investidura bien está.