EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Cuanto más humillante es la cesión, más grandilocuente ha de ser la propaganda"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre la ley de amnistía y el caso Koldo.

Rafa Latorre

Madrid | 07.03.2024 20:14

Cuanto más humillante es la cesión, más grandilocuente ha de ser la propaganda. Esa máxima tan sencilla se ha cumplido con puntualidad a primera hora de esta mañana cuando Félix Bolaños acudió ebrio de la más inverosímil propaganda a vender como logro lo que no es más que una rendición.

Ha sido una comparecencia absolutamente estupefaciente, con verborrea espídica, para tratar de encubrir la cesión total a Puigdemont, la consagración de la desigualdad de los españoles ante la ley y el acto supremo de corrupción política que supone canjear impunidad a cambios de apoyo parlamentario.

Habló y habló Bolaños y lo llenó todo de adjetivos de artificio. Pero como no podía estar hablando todo el día en un momento hubo de callar. Y en cuanto calló los independentistas se encargaron de dejarlo en ridículo al proclamar su victoria sobre el Estado de Derecho, al anunciar el regreso triunfal de Puigdemont en julio, al amenazar a los jueces, al confirmar que este pacto no incluye los Presupuestos y, lo más importante, al confirmar que una vez lograda la amnistía ahora perseguirán la autodeterminación.

Ahora les desgranamos punto por punto todo esto, pero está bien resumido en esta humillante declaración de Jordi Turull. Con toda la empatía.

Ya se conocen los términos exactos de la enmienda con la que han convencido a Carles Puigdemont para que apruebe la amnistía

Ya se conocen los términos exactos en los que quedará redactada la ley de amnistía. Ya los conoce hasta Patxi López y ya puede dejar de hacerse el interesante. Ya se ha votado el dictamen en la Comisión de Justicia…Ya se conocen los términos exactos de la enmienda con la que han convencido a Carles Puigdemont para que apruebe la amnistía y es una cesión total a las pretensiones de los independentistas y una forma de darle toda la razón al procés.

Porque esta es una forma particularísima de reinserción en la que es el Estado el que busca redimirse adaptándose al delincuente y no al revés. Generalmente es el delincuente el que se reforma para reingresar en la sociedad, esta vez es la sociedad la que se reforma para volver a acoger a Carles Puigdemont. Que ya ha hecho cuentas con el calendario y cree que podrá pasar el verano en pasado. Regresar en julio para perseguir el nuevo hito que es la autodeterminación.

¿Qué es lo que ha convencido a Puigdemont? Es sencillo. Desaparece la mención del Código Penal para que a los independentistas se les aplique otra definición del terrorismo, la traición o incluso la malversación de fondos públicos. Es que a partir de ahora en España, los tipos delictivos significan algo distinto en función de a quien se le aplique la ley. Gracias a esta innovación se ha concebido un terrorismo respetuoso con los derechos humanos. Tiene razón Bolaños en que estamos ante un hito.

Si será humillante para el independentismo esta amnistía que ambas fuerzas, Esquerra republicana y Junts per Cat se han lanzado a disputarse la victoria para emprender la campaña electoral hacia las autonómicas. Debe de ser la primera vez que dos fuerzas se disputan una humillación.

No. Hoy los independentistas se disputan un triunfo inapelable y por eso lo hacen sin atisbo de arrepentimiento y señalando con extrema arrogancia y advirtiéndoles de que ni se les ocurra entorpecer la extensión de la impunidad. Basta escuchar a Miriam Nogueras y a Pere Aragonés para percibir su ánimo triunfal, tanto que incluso se permiten amenazar a los jueces por si a alguno se le ocurre entorpecer la extensión de la impunidad.

El Gobierno tendrá que volver a someterse a la ronda mendicante en la que va repartiendo el Estado entre sus socios

No le han regalado nada a Bolaños… no han tenido piedad… es que ni siquiera vacilan cuando se les pregunta si esto allana el camino hacia los Presupuestos. No, la de las cuentas es una negociación aparte, eso significa que el Gobierno tendrá que volver a someterse a la ronda mendicante en la que va repartiendo el Estado entre sus socios. Puigdemont en esto, como en todo, es explícito: «Lo que corresponde es negociar pieza a pieza, no dar nada por aprobado y abordar todas las cuestiones, desde los presupuestos al reconocimiento nacional y el ejercicio del derecho a la autodeterminación».

Curiosa forma de predicar la reconciliación. Es que no hay reconciliación posible si se exime de su responsabilidad a quienes quebraron la convivencia. Peor aún: si se le da la razón a quienes quebraron la convivencia. Y hoy Puigdemont es un hombre cargado de razón.

¿Pero qué reconciliación se puede lograr si se hace contra más de la mitad del país?

Esta es una amnistía que se hace contra la mitad del Parlamento y contra el grupo mayoritario en ambas cámaras. Tal es su voluntad de reconciliación. Por eso hoy Alberto Núñez Feijóo ha pedido ayuda a su familia política en Europa. Porque considera que esta ley consagra la desigualdad de los ciudadanos y fulmina en España la separación de poderes.

Si esto se hubiera hecho con una mayoría absoluta, al menos cabría la coartada de las buenas intenciones. Pero lo que lo convierte en un acto de corrupción política es que es una transacción a cambio de 7 votos para permanecer en el poder.

Lo aprueba además un partido, el PSOE, asediado por un caso de corrupción con numerosas ramificaciones. No es lo más recomendable para armarse de credibilidad y autoridad en tu lucha contra la corrupción, aprobar una ley que extingue los delitos de unos malversadores o que paraliza investigaciones sobre el mal uso de fondos públicos.

Hoy de hecho la portavoz popular Cuca Gamarra ha recordado que quien ha negociado con Carles Puigdemont fue quien introdujo a Koldo García en la vida del partido. Este Santos Cerdán que se instaló en Bruselas para convencer al prófugo de que se aviniera a investir a Sánchez.

VÍDEO DEL MONÓLOGO

El monólogo de las ocho: "Cuanto más humillante es la cesión, más grandilocuente ha de ser la propaganda"
El monólogo de las ocho: "Cuanto más humillante es la cesión, más grandilocuente ha de ser la propaganda"