Sí se va a reformar el delito de sedición. Sí hay una mayoría parlamentaria para hacerlo. Sí lo va a negociar el gobierno con Esquerra. Sí va a favorecer a los fugados. Y sí la reforma está ligada al apoyo de los independentistas a las cuentas del estado.
Precisamente lo ha anunciado en sede parlamentaria la ministra de Hacienda el día en que se cumplen cinco años desde que el Parlamento de Cataluña declaró unilateralmente la independencia de Cataluña.
Como saben, ese mismo día, Mariano Rajoy anunció la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la destitución de todo el gobierno de la Generalitat. Tres días después, Puigdemont huia escondido en un coche.
En cuanto se produzca la reforma de la sedición volverá, no lo duden. Porque a él, como a los condenados por el procés, como a Marta Rovira, secretaria general de Esquerra, también fugada, le favorece esta reforma. No en vano se hará a la medida de los sediciosos, que esa es la perversa paradoja.
El camino a la reforma de la sedición está asfaltado de mentiras. La principal, esa que dice que la legislación española tiene que armonizarse con otros códigos europeos. Hay países como Alemania donde la pena para quienes cometen lo delitos del procés se castigan con una pena mucho mayor. Y no es el único. Otra cosa es que el tipo se llame sedición. Pero castiga lo mismo.
Tengo aquí un artículo interesantísimo de la jurista Teresa Freixes, catedrática de Constitucional en la Autónoma de Barcelona. Les leo: "Si buscamos las regulaciones de los códigos penales de los distintos países europeos apreciamos que la denominación del delito es la propia de cada uno (…) en la mayor parte de ellos, el impedir el cumplimiento de la ley mediante alzamiento público (que puede ser o no violento) o el intentar quebrar la unidad territorial, es calificado como delito de alta traición (Alemania, castigado con pena que va de 10 años a cadena perpetua ) o atentado contra la integridad territorial o unidad del Estado (Italia, que lo castiga con como mínimo 12 años, tras la reforma del Código Penal que establecía cadena perpetua), delito de sedición o movimiento insurreccional (Francia, donde está más penado que la rebelión, con 15 años de cárcel). Y si vamos ampliando el abanico de países analizados seguimos en esa tónica." ¿Ven?
Reforma del Código Penal
La desproporción del Código Penal español que el gobierno ha asumido es únicamente una estrategia de defensa de los golpistas ante la justicia europea. Y claro que una reforma favorecerá sus recursos. Es como el propio Gobierno declarara en su favor ante los tribunales, por la vía de los hechos.
Cuando le han preguntado al líder del PP Alberto Núñez Feijóo por esta reforma del Código Penal no solo ha confirmado lo obvio, que votará en contra, si no que se compremete a endurecer las penas si gobierno
Pero hay algo que le compete desde ya, no hace falta que llegue a la Moncloa. Porque mientras el Gobierno negocia con Esquerra rebajar las penas por sedición, el Gobierno negocia con el PP la renovación de los órganos judicial, incluido el Tribunal Constitucional. Y lo que hay que preguntarse es si se puede hacer en estas condiciones. Hoy lo verán en los periódicos. Tanto en La Razón como en El Mundo. El PP está muy preocupado por cómo van a acoger sus bases y sus apoyos tradicionales un acuerdo para repartirse los magistrados con un gobierno que va a modificar el código penal a la medida de los sediciosos. Es normal que esté preocupado. Porque es difícil de digerir.
Pero es que encima se están filtrando convenientemente algunos nombres de magistrados, que casi sería mejor ponerle una toga a Junqueras y mandarlo al CGPJ. Nombres perfectamente alineados con la narrativa independentista y en algún caso partidarios del derecho de autodeterminación.
El Gobierno ya se ha encargado de filtrar que el acuerdo está listo. Que el trabajo de González Pons y Félix Bolaños ya ha terminado. La cuestión ya no es si Feijóo debe avenirse a un acuerdo en estas condiciones, la pregunta es si puede hacerlo. Pero esto es algo muy habitual en Sánchez, cuando el PP se presta a un acuerdo, sale con una medida que termina siendo inaceptable para el PP y este es el caso. Y Sánchez lo sabe, por más que sugiera que no lo sabe y presione para que se anuncie el acuerdo de una vez por todas.
Sabíamos que esto no iba a parar. Ahora ha sido atacado el cuadro de La Joven de la Perla, el celebérrimo cuadro de Vermeer, que cuelga de una de las paredes del museo Mauritshuis de La Haya.
