Un dirigente que se respeta a sí mismo y sobre todo que respeta a la nación que representa, gobierna o dimite. Y desde luego un dirigente que se respeta a sí mismo y sobre todo a la nación que representa no se dedica a desatender durante cinco días sus deberes para que en un baño de populismo sus afectos le rueguen que se quede.
Pero Sánchez no es un gobernante convencional. No lo es. La carta pudo resultar sorprendente pero no así sus efectos, que eran perfectamente previsibles.
Ya hay federaciones socialistas fletando autobuses para calentar las calles en una exhibición de amor a su líder en Madrid. Leo en El Periódico de Cataluña: «Desde Asturias, Castilla y León, Navarra o Comunidad Valenciana se están organizando autobuses desde las agrupaciones, mientras que en Andalucía o Castilla-La Mancha lo está haciendo la militancia por su cuenta».
Esto era lo que buscaba. El puro frentismo, una exhibición callejera para que tomen nota los contrapesos de una democracia. De jueces a periodistas. Pedro Sánchez es intocable. Esto lo ha interpretado inmediatamente la prensa internacional. Es un comportamiento que les resultará familiar porque lo han visto en el Trump que pretende convertir la acción judicial contra él en un impulso político.
Todos los plebiscitarios se parecen. De hecho esta no es una decisión muy distinta a la de aquella consulta a la militancia de Podemos para que los Iglesias se mudaran al chalé de la sierra. Política sentimental.
Hoy lo clava el cintillo que le ha puesto The Economist a la información sobre nuestro insólito presidente. ‘Drama King’, lo llaman.
Tras la sorpresa inicial, la recomposición ha sido inmediata. Ya están todos cumpliendo con su papel y toda buena orquesta debe tener un buen coro.
Esa es la idea, que prenda la calle y darse cinco días de baño populista con dos objetivo. Uno el más narcisista. En la vida misma… ¿Qué opinan ustedes de esa persona que hay en cada pandilla que dice que está pensando en irse para que le rueguen que se quede? Luego está el objetivo más tóxico, que es que tomen nota los que se atrevan a fiscalizar al presidente como si fuera un líder cualquiera. Manifestaciones de apoyo al poder… ¿de qué les suena eso?
Más que manifestaciones deberían llamarse exhibiciones. Y en esto tiene un papel muy especial el gran agitador de las conciencias del PSOE. El motivador. El coach. José Luis Rodríguez Zapatero. Lo decía hoy en la SER.
Cada uno cumpliendo con su papel. También las imprescindibles baterías mediáticas. Ustedes fíjense lo bien que se comprende la operación en marcha, cuando adviertes a dónde apuntan las baterías. A la hija del juez que ha abierto las diligencias en el caso de Begoña Gómez. O sea, que denuncian que hay una campaña de destrucción personal de Sánchez señalando a la hija del juez. Y contando su militancia como si ese fuera un argumento invalidante de su padre.
Esta es la naturaleza de la situación. Un presidente inviolable y para todos los demás vale todo. Como atestigua el caso Ayuso. Fue el propio Pedro Sánchez quien imputó en sede parlamentaria delitos al hermano de Ayuso después de que la causa fuera archivada, es la Fiscalía de Pedro Sánchez la que ha revelado datos secretos de la defensa del novio de Ayuso para destruirla políticamente y es el entorno político del presidente el que ha agitado una campaña que la acusa de un asesinato en masa. Y ahora resulta que por abrir unas diligencias para saber si Begoña Gómez ha incurrido en tráfico de influencias, se incendia el país con una performance de Drama King.
Hoy Ayuso ha sido muy dura con Pedro Sánchez, en un acto de El Norte de Castilla, en Valladolid.
Sánchez sabe bien que la víctima es el héroe de nuestro tiempo. Y ha decidido victimizarse para el lunes poder decir que él no se puede marchar. Cómo se va a marchar y dejar a toda esa gente que lo ama en la estacada.
Este era el vaticinio que hacía ayer Alberto Núñez Feijóo. Su reacción inmediata la pudieron escuchar aquí en La Brújula en una larga entrevista. Hoy ha convocado a los medios en la sede del Partido Popular para una declaración solemne en la que describió a Pedro Sánchez como un irresponsable capaz de supeditar el interés de España a su puro capricho.
Miren, precisamente uno de los importadores del lawfare está compareciendo hoy en el Senado. Es que esto del lawfare no es un producto nacional. Esto nos viene importado y lo manejó con especial maestría el Kirchnerismo. Es un concepto que luego magreó bastante Echenique, ¿se acuerdan de él, verdad? Quien nos iba a decir que los portavoces del PSOE dejarían a Echenique como un tibio socialdemócrata… bueno… es que cada vez se parecen más al importador del lawfare, que es el abogado chileno de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye.
Claro, es que el comportamiento del presidente lo que ha hecho es embellecer a todos estos personajes. Tan sencillo. Y de hecho la campaña en Cataluña comienza hoy como una carrera del lawfare.Están todos los independentistas intentando competir con Sánchez en victimismo.
Sánchez tiene razón… los jueces son unos fascistas… pero a nosotros nos persiguieron antes… antes que él nosotros fuimos víctimas del lawfare. Ya ven, la dignidad presidencial arrastrada por los lodos del procés. Todos los populismos se parecen.