Pedro Sánchez ya es presidente y Carles Puigdemont ya es president en el exili. Es que el PSOE ya le ha concedido tal condición y categoría. Qué rápido va todo… a toda velocidad.
Hoy Sánchez ha prometido su cargo ante el Rey en la Zarzuela en una ceremonia digamos lacónica. El rey no se ha prodigado en sonrisas y esto lo destacan los cronistas igual que ayer glosaron el rictus serio de Felipe VI cuando recibió en palacio a Francina Armengol.
Esta ceremonia solemne, rito democrático, quiso coincidir con un nuevo desprecio de Carles Puigdemont a los tribunales que deberían juzgarle si él no hubiera huido. En este caso se trata de una minucia… nada… el desvio del dinero de todos los catalanes para financiar el procés… Que hay que recordar que esta legislatura tiene por primera medida garantizar la impunidad de un puñado de malversadores, entre delincuentes. Decimos esto porque como declaración de principios contra la corrupción resulta algo endeble.
El Tribunal de Cuentas citó a Puigdemont y a otros 34 cómplices que desviaron presuntamente fondos públicos para financiar su procés. ¿Para qué iba a ir si ya se está tramitando la ley que dirá que aquello jamás ocurrió?
El Gobierno y el PSOE avanzan además en sus trabajos por restituir la honorabilidad de Puigdemont e inventarle una nueva biografía para que no les dé tanta vergüenza hacerse fotos con él. Porque se van a estudiar. Otra vez ha sido Santos Cerdán… fíjense que primero restituyó su tratamiento como president y ahora hace una descripción heroica de su exilio. Sí, dice exilio.
"Puigdemont ya es, para el PSOE, el president en el exili".
Es un audio extraído de una entrevista en eldiario.es. Puigdemont ya es, para el PSOE, el president en el exili.
Todos los ministros están disponibles y localizables, porque son los días de la tensión de la llamada.
Pedro Sánchez tiene una tarea principal y casi única estos días conformar su nuevo gobierno, elegir a sus ministros. A ese gobierno le van a esperar tristes augurios. Fíjense que hoy mismo la agencia Moodys advierte del riesgo de los acuerdos de investidura para la calificación de la deuda española. Es que ha hecho las cuentas y no entiende cómo el Gobierno puede cuadrarlas después de haberse comprometido a condonar las deudas de las autonomías con el FLA, sóló para satisfacer a quien más deuda tiene, que es Cataluña.
Es verdad que la Bolsa ha subido sobre todo gracias a la banca pero hay señales más que preocupantes. Son 265 gestores de grandes fondos de inversión los que dicen que el clima de inestabilidad, la incertidumbre política y un marco jurídico imprevisible no ayuda nada a darle confianza a los inversores.
Ayer les hablábamos de una encuesta de Bank Of America que sitúa a España como la última opción para invertir en Europa. De manera que el triunfalismo de María Jesús Montero en Telecinco suena tan fingido, que en lugar de reconfortar… preocupa.
Pero cómo no van a dudar los inversores… Si están escuchando a Juan Roig de Mercadona decir que si se da una investidura con estas condiciones en otro país él retrasaría ahí sus inversiones hasta ver qué ocurre. Y de esto por cierto se aprovecha Portugal que a pesar de que su gobierno ha entrado en crisis con la dimisión de su primer ministro, nada menos, tiene un marco estable que favorece la confianza de sus inversores. Porque la clave no es esta u otra política sino que el rumbo sea previsible y si algo ha demostrado es que podría hacer cualquier cosa, que es lo contraria de la previsibilidad y la fiabilidad.
Precisamente por ello tiene muy poco sentido ponerse a hacer quinielas sobre su Gobierno. Hay quien fantasea con ver a Zapatero descender de un coche oficial en Moncloa para convertirse en ministro de Exteriores. Como David Cameron en Reino Unido. Miren, esto de las quinielas es un juego de azar, porque no hay información ninguna detrás. Es una prerrogativa del presidente y él decide a quién llama.
"Hay quien fantasea con ver a Zapatero descender de un coche oficial en Moncloa para convertirse en ministro de Exteriores".
Sí sabemos con toda certeza que habrá cuatro bajas. ¿Cuáles? Pues Subirats que ya informó que se ha iba a quienes ni siquiera sabían que había llegado. Y luego Irene Montero, Ione Belarra y Alberto Garzón. El último se ha despedido y a las dos primeras las han despedido y de ahí el lío. Porque Sumar y Podemos están deparando otro de esos espectáculo que animan las horas previas a la conformación de Gobierno.
Es que Yolanda Díaz le ha enviado una carta a Ione Belarra y le ha ofrecido nombrar a Nacho Álvarez ministro a cambio de que cesen los ataques e insultos y que se mantenga la paz durante toda la legislatura. ¿Y qué le ha dicho Belarra? Pues que no. Que quien sea ministro de Podemos lo decidirá Podemos.
¿Saben lo que pasa? Que la bunkerización de Podemos es ya un fenómeno davidiano y que además ni Ione Belarra ni Pablo Igleisas ni Lillith Verstrynge ejercen ya ninguna autoridad sobre Nacho Álvarez, que es tan de confianza de Yolanda Díaz que fue él quien negoció el acuerdo de coalición de Sumar con el PSOE.
Como ven que el gobierno se fragmente aún más que Sánchez tenga otro grupo con el que negociar resultará la mar de tranquilizador para los inversores.
Hoy la tarea de oposición al Gobierno naciente ha recaído en un expresidente que sabe bien lo que ocurrió en Cataluña en 2017 y lo que España se jugó en el desafío separatista. Bueno, no en vano Sánchez tuvo la desfachatez de culparle a él del procés. Es Mariano Rajoy, que ha hablado en un desayuno informativo de Forum Europa.
Muere Agustín Ibarrola
Ha muerto Agustín Ibarrola. Ocurre algo con Ibarrola, no es fácil saber si es justo o injusto, pero ocurre, es una artista imprescindible. Sin él no se entiende la vanguardia española de la segunda mitad del siglo XX. Se trata además de una esas rarezas donde lo popular y lo sublime se encuentran. La gente peregrina a su bosque de Oma, a ver los cubos de la memoria o a conocer sus intervenciones en los paisajes naturales. Es un grande pero como también fue grande su valiente y su compromiso por la libertad, esta faceta de activista de la vida, la democracia y la libertad, termina desplazando a lo demás cuando se glosa su figura. Y hoy que ha muerto a los 93 años en el hospital de Galdakao eso sucederá inevitablemente. Pero es que hay que hablar del hombre que después de haber cumplido su condena de cárcel por oponerse al franquismo se jugó la vida contra ETA. Uno de los pioneros, de aquellos que combatieron a ETA a la intemperie y que sufrieron las consecuencias.
