Eso que escuchan, ese rumor que trae la actualidad es la fricción de las instituciones del Estado a causa de la amnistía. Los trámites para la impunidad ya se han activado y ha ocurrido lo previsible. Una torsión semejante del Estado de Derecho no se produce sin que haya daños.
Hay tensión en las fiscalías. Porque los fiscales del Supremo se mantienen impasibles en su criterio y el Fiscal General del Estado vuelve a comportarse como un instrumento del gobierno. Tratando de imponer la disciplina de partido frente al criterio jurídico.
Las consecuencias eran previsibles, habrá un choque institucional en el que la política intentará imponer la impunidad y los jueces intentarán preservar la justicia. Pero qué cabía esperar de una ley cuya una motivación, espuria, es la compra de 7 votos para una investidura. Porque ese vicio de origen es lo que convierte esta ley en un texto envilecedor de la democracia. No fue justicia ni piedad, fue solo política, de la más baja, y ahora han de ser los jueces los que lo resuelvan.
Los beneficiarios de la ley de la amnistía ya se están moviendo para borrar su historial delictivo, para paralizar sus procesos pendiente o para resolver sus inhabilitaciones y regresar a la política.
Podríamos hablar del puñado de incautos que ayudaron en la innoble tarea de perpetrar el fraude electoral del referéndum. Hablamos de esos beneficiados subsidiarios de la amnistía, que suelen mencionarse para darle a la ley una pátina social o una apariencia de piedad.
Pero la ley tiene un nombre y un apellido porque fue específicamente redactada para comprar su voluntad y que prestara siete votos para la investidura de Pedro Sánchez. Se da además de que ese nombre y ese apellido puede corresponder al candidato a la investidura como presidente de la Generalitat. Carles Puigdemont.
Esto decía Alberto Núñez Feijóo respecto de lo ocurrido en Cataluña, que es que la Constitución del Parlamento traía la primera desobediencia explícita, desabrida, frontal, de la Cámara al Constitucional desde que terminó el procés. Y encima el resultado es que uno de los indultados primero y ahora amnistiado, es decir uno de los implicados en los sucesos de 2017 presidirá el parlament.
¿Cuándo regresará Carles Puigdemont a España? Es la pregunta a esta hora porque la ley fue redactada a su medida.
El magistrado Pablo Llarena, instructor de la causa del procés, ha dictado una providencia en la que da un plazo de cinco días a las partes para que informen sobre si, en su opinión, cabe aplicar o no la ley a los hechos que se atribuyen a Carles Puigdemont, Toni Comín, Lluís Puig y Marta Rovira, los cuatro procesados en esta causa que están huidos de la justicia. Pero la orden de detención sigue activa.
O sea, que Carles Puigdemont no va a regresar todavía. Dice su abogado, Gonzalo Boye que esperará a tener las cosas claras.
A esta hora una de las grandes cuestiones es si la ley de la amnistía permitirá perdonar a los malversadores. Porque esto es algo que no conviene olvidar. Este Gobierno surge de una negociación para la impunidad de un buen puñado de corruptos. De políticos que utilizaron el dinero de todos para sus cosas. En realidad que sus cosas sean un Ferrari o una república es algo perfectamente secundario y sorprende que ahora pretendan ennoblecer la corrupción si está dedicada a la extranjerización de una parte de la población.
Hay ahora mismo dos batallas que corren en paralelo para determinar si los corruptos se van de rositas. Una se libra en el Supremo. Hoy, el inidóneo Fiscal General del Estado Álvaro García Ortiz se ha reunido con los fiscales del Supremo y ha querido imponerles… ¿su criterio?… bueno… el criterio del Gobierno. Pero los fiscales del Supremo permanecen impasibles a la presión: no están dispuestos a modificar el borrador de informe que deja fuera de la amnistía la malversación ni tampoco a firmar un informe favorable a la aplicación de la misma.
La otra vía para que los malversadores no se vayan de rositas conduce a Europa y pasa por el Tribunal de Cuentas, que ha dado el primer paso para presentar una cuestión prejudicial sobre la ley de amnistía ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ( el famoso TJUE); es decir, para preguntar a la justicia europea si la amnistía es aplicable al procedimiento que se sigue por el desvío de fondos del procés independentista catalán.
Oigan, no olviden que las arcas públicas han sufrido un perjuicio. Es decir, que le han distraído dinero a usted, señora. Pero a usted, señora, sea extremeña, canaria, murciana o catalana.
Bien… eso que oyen… ese rumor que trae la actualidad es el crujido del Estado de Derecho o, si quieren la versión infantil porque esto suena muy tremendo, la fricción de las instituciones del Estado. Sometidas a una medida excepcional cuyo único fin es que Sánchez pudiera ser investido presidente del Gobierno con los votos de Carles Puigdemont.
…Bueno… pero en Cataluña no han ganado los independentistas estas elecciones. Miren, en Cataluña lo que ha ocurrido es que nadie sabe lo que está ocurriendo. Porque da toda la impresión de alguien se la ha jugado a Salvador Illa y al PSC. Tiene toda la pinta de que quien se la ha jugado es Esquerra Republicana. Lo cual sería algo acorde a la tradición. Siempre hay un socialista y a veces un popular dispuesto a dejarse engañar por Esquerra Republicana. Porque el fin de semana parecía que todo estaba hecho y por eso quizás fue por lo que Illa cometió el sectarismo, sí, pero sobre todo la torpeza de anudarle un cordón sanitario al PP sin siquiera haber negociado nada. Hoy ha hablado en Radio Nacional Illa y no parece que tenga tampoco muy claro qué es lo que ha ocurrido.
Lo de Yolanda Díaz es también indescifrable y empieza a ofrecer síntomas preocupantes de demencia política. No extraña tanto que se haya puesto a hablar en tercera persona, porque ella siempre fue muy de estas cosas, pero es que a esta hora nadie sabe muy bien qué ha querido decir con esto…
Cuando lo averigüemos se lo contaremos.
Como ustedes saben, recientemente fallecido una de las directoras de la Brújula. La periodista Victoria Prego. Hoy ha recibido un homenaje entrañable en el corazón de Madrid. En la Asociación de la prensa de Madrid. Mariano Rajoy, Felipe González y Miquel Roca han asistido al homenaje a la periodista.
