LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Este Gobierno no tiene una mayoría para legislar, sino para resistir"

Rafa Latorre reflexiona en 'La Brújula' sobre la situación en la que queda el Gobierno tras el pacto entre PP y Junts para tumbar el impuesto eléctrico.

Rafa Latorre

Madrid |

El monólogo de las ocho: "Este Gobierno no tiene una mayoría para legislar, sino para resistir"

Lo que a uno le sorprende de las palabras que incorpora la RAE al diccionario es que todavía no estuvieran incorporadas, porque son de uso muy común. Bueno, ese es el trabajo de la RAE, recoger la evolución del idioma que siempre es obra de los hablantes e incorporar los nuevos términos al diccionario. Convertir lo normal en norma.

Hay una palabra que ya nunca dejará de tener una tristísima connotación: dana. Una palabra que inevitablemente dispara la memoria de la tragedia y que ya forma parte del acervo.

Hay otras palabras más felices. Se ve que la RAE se ha dado por vencida después de intentar convencer a los españoles de que utilicen destripe y no espoiler y finalmente han incorporado el barbarismo. También se incorporan dana, sérum, teletrabajar y tabulé. Todas de uso común, porque se vienen utilizando desde tiempo.

Ahora los hablantes tiene una tarea y sobre todo quienes informamos sobre política, porque habría que encontrar una palabra para designar a ese periodo político que se abrió tras las elecciones del 23J. Hace tiempo que les venimos diciendo que llamarle a esto legislatura es algo completamente excesivo. Y una vez más se ha evidenciado con otra derrota parlamentaria que no ha sido total únicamente por una triquiñuela antidemocrática. A aguantar un día más de forma agónica sin capacidad alguna para desplegar un programa le llaman legislatura y habría que inventarle urgentemente otro nombre.

No hace falta que se celebre una cuestión de confianza, la fragilidad de este Gobierno se pone de manifiesto votación tras votación. Porque este Gobierno no tiene una mayoría para legislar sino para resistir. De hecho, la única argamasa de la mayoría de la investidura son las concesiones que el Gobierno hace a cuenta del Estado. Esa es la razón por la que sus socios van torturando a Pedro Sánchez hasta dejarlo con un hilo de vida. Y entonces lo reaniman. Siempre después de haberle extraído todo tipo de concesiones. Algunas ciertas, otras que ni siquiera están a su alcance.

Una iniciativa del PP apoyada por Junts ha infligido un duro golpe al Gobierno. Se trata de una enmienda transaccional al informe de la ponencia del proyecto de ley sobre comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero. En ella se recoge la suspensión, a partir del año 2025, del impuesto sobre el valor de la producción de energía eléctrica (IVPEE).

Traducido: el PP y Junts han aprobado la derogación de un impuesto sobre la producción eléctrica. Dicen muy alarmados los cronistas que PP y Junts se alían. Bueno, vamos a ver, hay una mayoría conservadora en el Congreso, es normal que prosperen las iniciativas que proponen una política fiscal menos agresiva o determinadas medidas de una agenda económica. Lo que es contra natura es que para doblegar esa mayoría ideológica se aprueben concesiones desesperadas como una amnistía que borran los delitos del procés o un concierto confederal que blinda el privilegio fiscal de Cataluña.

Y lo que es directamente antidemocrático es esto de demorar las votaciones que no le gustan al gobierno mediante triquiñuelas, que es lo que ha hecho la coalición del PSOE y Sumar. Como tienen mayoria en la mesa de la Comisión de Transición Energética ha decidido posponer la reunión en la que entre otros asuntos se iba a tratar del impuesto sobre producción energética, sin una fecha nueva por el momento. De manera que soberanía nacional siempre que le apetezca al Gobierno, que si no ata de manos al Parlamento.

El lío no ha terminado y mañana viene otro día complicado porque va a haber una reunión en Hacienda para desarrollar el pacto con Podemos para prorrogar el otro impuesto de las energéticas y ahí quien va a poner el grito en el cielo es el PNV. Si es que es normal.

Lo que ha ocurrido no es ninguna sorpresa, más bien es lo normal. En un Congreso con mayoría conservadora una iniciativa parlamentaria para derogar un impuesto tiene mayoría. Y cuando un Gobierno no tiene ni siquiera la posibilidad de desplegar una agenda fiscal difícilmente se le puede gobierno al Gobierno ni legislatura a la legislatura. Pero como esto va de resistir, no pasa nada. Lo importante es que Sánchez esté bien.

A la diplomacia europea le ha cogido completamente a contrapié el derrocamiento del régimen de Al Assad. Lo ha confesado esta mañana el ya ex alto representante Josep Borrell en un desayuno informativo.

Desde luego a su llegada a Rusia le estaba esperando un exilio de lujo, como corresponde a los sátrapas con buenos amigos. Lo contaba Xavier Colás: "En 2019, el Financial Times publicó una investigación que revelaba que la familia Assad posee más de dos decenas de apartamentos en el barrio Moscow City, el distrito financiero de Moscú. La publicación cree que el hijo mayor de Asad, Hafez, de 22 años, vive en uno de estos apartamentos, desde donde acudía periódicamente a la universidad de la capital. Este podría ser el nuevo domicilio de los Asad: rascacielos con bonitas vistas al río Moscova y relativamente cerca del centro. En contra, es una zona muy bulliciosa para alguien acostumbrado a vivir en un palacio. Y el lugar sufrió ataques de drones ucranianos el año pasado".

Desde luego, esos lujos moscovitas contrastan dramáticamente con las mazmorras en las que torturaba en Siria a los disidentes. Tras su huida se han podido visitar y el relato espeluznante.

Esto lo cuenta otro gran corresponsal como es Alberto Rojas: "Los rebeldes entran en Sednaya, el corazón del gulag sirio, que esconde máquinas de tortura medieval, cadalsos y una sala en la que se disolvía a los presos en ácido (...) Entre las innumerables pruebas de la violencia feroz de este régimen, que ha matado a más de 140.000 personas según la oposición, ayer se encontraron salas de tortura con una prensa humana, la "machacadora de huesos", una butaca para descargas eléctricas, un crematorio y una sala llena de cadáveres con signos de tortura". En Moscú, apartamentos de lujo; en Siria, mazmorras medievales.

En cuanto a lo que viene, quizás Borrell haya encontrado la fórmula más ingeniosa y certera para describirlo. Porque es cierto que hay una enorme ilusión y esperanza. Por el momento manda la esperanza sobre el miedo. Turquía ha reabierto los pasos fronterizos para que los refugiados retornen a su patria, pero advierte de que quien cruce no podrá regresar. Y lo cierto es que hay colas para entrar en Siria.

Ahora bien, ¿cómo se va a comportar esta galaxia de islamistas que ha conquistado el Estado sirio? Daba con una buena definición de las expectativas sobre un nuevo régimen en Siria. Estos señores que han cambiado el turbante por la blazer y que no sabemos si son todo fachada.

El monólogo de las ocho: "Este Gobierno no tiene una mayoría para legislar, sino para resistir"