Hay unas cuantas decenas de pasajeros del Cercanía que hoy se han acordado de Óscar Puente. Puede que alguno de ellos sea argentino pero definitivamente ninguno es Milei. Son sencillos contribuyentes que regresaban a Madrid tras el puente, qué ironía, y se pasaron más de una hora encerrados en el tren sin aire acondicionado. Han tenido que terminar su trayecto hasta Atocha caminando por las vías esta mañana. Fuentes de Renfe confirman que la incidencia se ha debido a un "fallo en la señalización a la salida de Atocha" y que ya ha sido solventado.
Miren que no tendrá asuntos de los que ocuparse el ministro de Transportes como para andar provocando incendios diplomáticos…
Argentina da por zanjada la crisis con España. Ha sido un incendio de rápida combustión pero que pronto ha quedado sofocado, después de un muy desagradable intercambio en el que primero Puente sugirió que Milei andaba drogado por las televisiones y Argentina respondió mentando a la mujer de Pedro Sánchez. Hoy el portavoz de Milei, Manuel Adorni negaba que hubiera sido una respuesta excesiva e invitaba a enfriar el asunto
La verdad es que con la delicadeza con la que hoy se ha referido Sánchez al emir catarí, llama la atención la injuriosa actitud de su ministro con Milei. Pero esto puede resultar engañoso porque en realidad lo grave del caso Puente no es que insulte a Milei. Si no que lo ha hecho únicamente por hacer una gracieta. Esto puede parecer increíble pero es así. Se vio ante un auditorio favorable y quiso divertir al personal. Así funciona este ministro, que impugna con cada uno de los fonemas que salen por su boca el victimismo de Pedro Sánchez.No hay un político que maneje con tanta soltura la injuria e incluso la calumnia que Óscar Puente. Él mismo ha reconocido que es por puro afán de notoriedad.
Es que si no te expresas con exabruptos, no eres nadie en las redes sociales. Entonces no me vengan con lamentos sobre la salud mental y lo áspera que es la vida con el líder y lo necesario que es hacer un catálogo de agravios a cargo del presupuesto. Puente no habló de las políticas de Milei sino que hizo una alusión personal injuriosa que ha obligado a movilizarse a la diplomacia. Y lo demás son cuestiones accesorias.
Ya que maneja tan bien las redes sociales, nuestro Ministroll, que se asome a lo que han compartido los pasajeros que sufrieron el caos en las Cercanías. Ni un tuit al respecto, eh. Con lo locuaz que es el hombre…
Así llamaba a la movilización el portavoz Borja Sémper y hay una intencinalidad táctica evidente. Que la manifestación sirva como punto y aparte, como cambio de vías electoral para cerrar las catalanas y comenzar la campaña de las europeas, que al PP se le prometen mucho más felices.
Hay otra razón y es que el regreso de Puigdemont está próximo y esa es una circunstancia movilizadora. Normal, la mayoría de los españoles, y digo la mayoría, no comparten que alguien que ha cometido tan graves delitos disponga de impunidad únicamente porque es socio de Pedro Sánchez. Su situación procesal está a punto de cambiar drásticamente si atendemos al calendario que hoy ha publicado Marisa Cruz en El Mundo, pero no lo hará antes de que se celebren las elecciones.
El Senado vetará la amnistía y la devolverá al Congreso el 14 de mayo. Eso significa que el perdón a Puigdemont podría quedar aprobado la próxima semana. Y entonces, Puigdemont podrá cumplir su promesa de regresar a Cataluña para estar presente en el debate de investidura, pero ha hecho otra promesa… O es presidente o dejará la política.
El perdón de Puigdemont lo pretende aprovechar el Partido Popular para volver a sacar a los españoles a la calle y movilizarlos en contra de las políticas de Pedro Sánchez.
Este fin de semana, Pedro Sánchez contestó con una arrojo cómico a la pertinente pregunta de si no había pensado hacer un relevo en el CIS ahora que dice que hay recuperar la virtud pública.
«José Félix Tezanos le podrá gustar más o menos, pero es un catedrático de Sociología». Que es la clase de respuesta que uno ofrece cuando no quiere ofrecer ninguna explicación. El coronel Tezanos ha recibido hoy un expediente sancionador de la Junta Electoral Central por incumplir la obligación de comunicar a la Administración Electoral la realización de la encuesta flash que llevó a cabo hace 10 días sobre la carta en la que Pedro Sánchez comunicaba que estaba pensándose dimitir como presidente del Gobierno.
O sea, que Tezanos actuó de parte, como siempre. Como en este último CIS de la campaña catalana, que encaja de manera tan sospechosa con los intereses del PSOE que uno piensa: «Qué necesidad», si los sondeos privados ya pintan una situación muy alentadora para Salvador Illa. Alentadora para salir la noche electoral y decir: he ganado. Pero luego quedará todo por hacer, porque lo más probable si atendemos a las encuestas es que Cataluña tenga un Parlament ingobernable y abocado al bloqueo.
Este será el capítulo más interesante del debate que hoy se celebra en la Sexta y en la que participarán los candidatos a las elecciones, excepto Carles Puigdemont, que sigue con su campaña fronteriza desde el otro lado de la línea que separa Francia de España.
Algo más. Todo va a una velocidad tan vertiginoso que parece que la actualidad ha dejado atrás un nombre muy relevante. Víctor de Aldama. Hoy hemos recibido la confirmación de que Víctor de Aldama también estaba allí. ¿Dónde? En el aeropuerto de Barajas aquella madrugada en que José Luis Ábalos acudió junto a su fiel Koldo a recibir de madrugada a la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez.
Lo ha confirmado el propio Ábalos en la comisión del senado, en una comparecencia en la que ha negado que exista una trama de las mascarillas, en la que ha reiterado que recurrirá su expulsión del PSOE y en el que lo más interesante de cuanto dijo tiene que ver con aquel episodio envuelto en brumas, que fue el caso Delcy.
Se trata del presunto conseguidor de la trama Koldo, el empresario, dueño del Zamora CF, que recorre el sumario del caso de las mascarillas. El hombre que recorre todo el sumario del caso Koldo. ¿Y qué hacía en Barajas ese día? Pues eso no ha sabido explicarlo José Luis Ábalos.