en la brújula

El monólogo de las ocho: "Koldo ha dejado frases lo suficientemente sonoras para que quién quiera entender entienda"

Rafa Latorre reflexiona sobre la primera jornada de la Comisión sobre los contratos de la pandemia y sobre los resultados de las elecciones en el País Vasco.

Rafa Latorre

Madrid |

No han pasado ni 24 horas de la noche electoral en el País Vasco y acaba de comenzar la campaña en Cataluña. De forma oficial, debería empezar dentro de 4 días pero era previsible, Gabriel Rufián estaba esperando a portagaiola a Salvador Illa en el Congreso de los Diputados.

Estas citas le apasionan a Gabriel Rufián, el papel de interrogador en una comisión de investigación. Algunas de sus intervenciones más recordadas han sido precisamente en comisiones de investigación. Y esta vez se ha empleado con saña, porque Esquerra Republicana ya no es el socio del Gobierno sino el competidor electoral del PSC, cuyo candidato es Salvador Illa.

Constantes interrupciones, repreguntas… le ha acusado de mentiroso y de tratar de desviar su responsabilidad como mando único de la pandemia. La pregunta clave fue: ¿Cómo es posible que el chófer terminara siendo el proveedor o el negociador entre proveedores del gobierno. Esta pregunta también se la ha formulado el popular Elías Bendodo y la respuesta ha sido la misma.

Salvador Illa alega que él jamás contrato con Soluciones de Gestión, que es la empresa por la que Koldo García ejercía presuntamente como conseguidor dentro del Estado. Lo que Salvador Illa alega que la situación era tan caótica y la necesidad de material sanitario era tan acuciante que se hizo necesario agilizar al máximo los trámites.

Illa asegura que viviendo lo que se ha vivido no había otra opción que la contratación de emergencia y eso permite contratos verbales, sin ningún papel, y con un enorme margen de discrecionalidad. El mercado estaba roto… dice Salvador Illa y las administraciones trajeron el material como pudieron. Por tanto hubo gente que pudo aprovecharse de ello y en esos caso habría que ir hasta el final.

Pero que él no tuvo más relación con Koldo que aquella reunión a la que se ha referido en su intercambio con Elías Bendodo Y por tanto quien quiera saber algo más sobre todo ello, que le pregunte a José Luis Ábalos que es para quien trabajaba el bueno del aizkolari.

Desde luego quien no va a responder a todas estas preguntas es Koldo García, el otro protagonista de la crónica negra política de hoy. Y no lo hará porque se refugia muy legítimamente en la causa judicial en la que está inmerso.

Illa ha comparecido en el Congreso por la tarde y Koldo García inauguraba la comisión del Senado esta mañana. Allí se apareció este gigante del socialismo como lo llamó Pedro Sánchez en inolvidable post en Facebook para reivindicar su inocencia sin ofrecer más información.

Era evidente que ahí los senadores se iban a topar con el muro de la estrategia de defensa judicial de Koldo. Es lo que tienen los casos judicializados… que si el compareciente está procesado tiene el derecho, yo diría que casi la obligación de prudencia, de no declarar nada relevante para no perjudicar su situación.

Koldo ha hecho algunas proclamas muy emotivas sobre situación personal y sobre la pena de telediario que cumple cada día él y de forma solidaria toda su familia. Tampoco se priva Koldo de hacer algo que ya venía practicando desde el comienzo, como es ir dejando caer algunas frases de melodía amenazante para su expartido. Sin demasiada estridencia, pero lo suficientemente sonoras para que quien quiera entender que entienda.

Ya ven que el ciclo electoral no ha ofrecido ni 24 horas de tregua y este lunes de resaca vasca se ha puesto a girar otra vez enloquecido. Porque ahora las caravanas calientan motores en Cataluña. Y eso que convendría analizar con detenimiento lo ocurrido en el País Vasco, porque allí, aunque no lo parezca a simple vista, ha cambiado mucho más de lo que parece. El nacionalismo ya era hegemónico en el País Vasco, ahora está indisputado, al menos en esta campaña no se le ha opuesto ningún proyecto alternativa. El PSE se presentaba como muleta del PNV. ¿Y el PP? Bueno, el PP optó por no disputarle ni un palmo al nacionalismo y en consecuencia ni un palmo ha avanzado, porque ni siquiera ha arrebatado a Vox el escaño de Álava. Lo que ha pretendido el PP es el dudoso ejercicio de convencer a los electores del PNV de que el PNV ya no era el PNV y en consecuencia debían votar al PP. ¿Funcionó? Pues no parece, así que más valdría que se ahorren el triunfalismo porque el nacionalismo tiene hoy más fuerza en el País Vasco, y no sólo no hay proyecto alternativo sino que la realidad actual parece difícilmente reversible.

El día después está siendo tan previsible como la noche electoral. Durante toda la jornada han estado las ejecutivas de los partidos analizando los datos y sobre todo elaborando el argumentario para ponerlos a su favor. Todos han ganado, dicen. Aunque el que de verdad ha ganado es el nacionalismo, en la medida en que el PNV seguirá gobernando y Bildu ha crecido como ninguno y se le adivina un futuro fulgurante.

Pasadas las elecciones, ese partido moderno y ecologista vuelve a exhibir orgulloso su principal reivindicación, que es la autodeterminación. Y además lo hace Otegi, por si alguien creía que esto iba de otra cosa

La hegemonía del nacionalismo es tan perfecta que ya es Gobierno y oposición y relega a los partidos constitucionales a una periferia exótica. El día después está siendo tan previsible como la noche electoral. Empezando porque Bildu ya ha dejado de ser para el PSOE ese partido inmoral y cobarde que es incapaz de condenar a ETA. Hablar de ETA ya es de fachas y Bildu y vuelve a ser el socio progresista y democrático de Sánchez que recibe las cariñosas palabras de la portavoz de Ferraz, Esther Peña