EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "La operación para frenar las avalanchas de Ceuta desnuda la hipocresía de este Gobierno"

Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre la sentencia del Tribunal Supremo que confirma que la expulsión de menores a Marruecos en 2021 fue ilegal, el plan educativo de Sánchez y la propuesta a Montero de ser embajadora.

Rafa Latorre

Madrid |

El aleman Olaf Scholtz es socialdemócrata y salió en la portada de Der Spiegel anunciando deportaciones masivas de inmigrantes. Los suecos, qué decir, referencia mundial de la socialdemocracia, y la izquierda de allí está repensando y replanteando su agenda para la inmigración. Este va a ser uno de los grandes temas comunitarios de las elecciones europeas. Hay referencias indiscutibles de la izquierda que están repensando sus políticas migratorias. Bien.

Lo que distingue al Gobierno español es la disonancia entre lo que predica y lo que hace. Esto suele ocurrir con todos los gobiernos, pero es difícil encontrarlo de una forma tan radical como la que se da en España.

El Tribunal Supremo ha confirmado este lunes que la devolución de menores marroquíes desde Ceuta a Marruecos llevada a cabo por las autoridades españolas en agosto de 2021 fue ilegal por la "absoluta inobservancia" de las prescripciones de la Ley de Extranjería. ¿Qué hubiera sido lo preceptivo? Según la ley: un procedimiento administrativo individual, información sobre la situación de cada afectado, e intervención del Ministerio Fiscal. Nada de eso hizo el ministerio de Interior de Grande-Marlaska, que según el tribunal prescindió de toda ponderación alguna del interés de los menores ni mucho menos una comprobación de sus circunstancias individuales.

Toda esa operación para frenar las avalanchas de Ceuta desnuda la hipocresía de este Gobierno

Lo que ocurrió es que fueron devueltos en caliente y toda esa operación para frenar las avalanchas de Ceuta desnudan la hipocresía de este Gobierno, que echó a andar con un operación de imagen con el Aquarius y ha terminado utilizando a la inmigración como mercancía para el mercadeo con Junts per Cat. No está mal para ser el freno a la ola reaccionaria que recorre Europa.

Precisamente este episodio de la avalancha de inmigrantes en Ceuta provocó en su día unos de los enfrentamientos más encendidos entre Podemos y el ministerio de Interior de Grande Marlaska.

Hoy los de Podemos, fuera ya del Gobierno, consideran que Sumar se ha convertido en un apéndice incapaz de imponerse ante Pedro Sánchez, siquiera de plantar cara a sus políticas más supuestamente reaccionaria. Porque ya digo que aquella avalancha provocó una crisis de seguridad excepcional en la frontera a la que España tuvo que responder y lo hizo sin demasiadas contemplaciones el muy humanitario Gobierno de Sánchez.

Podemos tiene a Yolanda Díaz en su punto de mira

Podemos tiene a Yolanda Díaz en su punto de mira, igual que en su día su objetivo era la casta, ahora dirige toda su artillería contra la traidora entreguista. Basta escuchar hoy a Irene Montero para anticipar cuál será su campaña. Por de pronto, su carrera hacia las Europeas ha comenzado con una revelación, hecha por Ione Belarra, que pretende dibujar ese contraste entre los irredentos podemitas y los dóciles sumarios

Así que a Irene Montero quisieron comprarla con una embajada. La jugada es perfectamente verosímil porque el extranjero es un destino muy recurrente para los ministros salientes. Podemos hacer un repaso: Iceta a la UNESCO, Héctor Gómez a la ONU, Isabel Celaá al Vaticano… Hombre, al Vaticano no van a enviar a Irene Montero, porque iba a ser una interlocución difícil… pero… ¿y a Chile? Eso han deslizado después los de Podemos, que ese era el destino y que la idea había sido de Yolanda Díaz, que era la primera interesada en poner un océano de por medio con Irene Montero.

Ahora la situación para Sumar es muy delicada y se entiende la zozobra que se percibe en cada acto público de Yolanda Díaz. Es que está en manos de Podemos y con un calendario endiablado. En Galicia no lo tiene fácil y quedarse fuera del Parlamento de la comunidad de procedencia de Yolanda Díaz sería un golpe muy duro. En el País Vasco no es descabellado pensar que Podemos obtendrá representación con Elkarrekin y Sumar no. ¿Y las europeas? Va a tener que encontrar primero un candidato. ¿Ada Colau? Ya ha dicho que no pese a los reiterados ofrecimientos. ¿Ernest Urstasun? Es ministro. ¿Pablo Bustinduy? Es ministro. ¿Iñigo Errejón? Va a tener que convencerle a batirse el cobre contra sus viejos camaradas.

La situación es difícil, ella está en manos de Podemos y como necesita a sus cinco diputados para cualquier minucia que requiera de convalidación parlamentaria. No podrá responder a las continuas invectivas de sus excamaradas de Podemos.

Es de celebrar que al menos Pedro Sánchez admita que España tiene un problema

Y ahora la Educación. Es de celebrar que al menos Pedro Sánchez admita que España tiene un problema. Porque el informe PISA fue recibido en su día con un triunfalismo delirante y alarmante. Digamos que el Gobierno admite que los alumnos españoles no progresan adecuadamente y quieren ponerles clases de refuerzo. El problema es todo lo demás.

Lo primero lo destacaba esta misma mañana en Más de Uno con Carlos Alsina el presidente andaluz Juanma Moreno. ¿De verdad se puede ventilar el asunto de la educación en un acto de partido y con semejante frivolidad electoralista?

Para percibir el valor relativo de la inversión que anuncia el Gobierno está bien el ejemplo de Andalucía. Andalucía tiene un presupuesto de Educación de 8600 millones de euros. Ahora imagínense lo que suponen 500 millones a repartir para toda España. Pues nada.

De hecho eso es lo que lo denuncian los sindicatos de profesores, que esto es nada. También es verdad que los males de la educación en España no se curan sólo con inversión. Ese es un error muy común. Más gasto no significa mejores resultados, porque si eso fuera así, España tendría hoy mejor educación que hace 20 años y resulta que PISA dice lo contrario. Pero es que además la inversión es, en términos relativos, ridícula. 500 millones apenas nada.

VÍDEO DEL MONÓLOGO

El monólogo de las ocho: