EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Oriol Junqueras no se va. Solo quiere que le pidan que se quede"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre el intento de asesinato de Robert Fico, las negociaciones en Gibraltar y la decisión de Oriol Junqueras de abandonar el liderazgo de Esquerra.

Rafa Latorre

Madrid | 16.05.2024 20:21

Esto del lobo solitario es un nombre demasiado generoso para quien tiene como único mérito el tratar de matar a un hombre. El primer ministro eslovaco ha despertado después de una operación de cinco horas y ha podido intercambiar unas palabras con sus personas queridas. Europa se ha asomado al pavor de un magnicidio y hoy los políticos acuden a la peor respuesta posible tras la condena del atentado. Que es la buscar el aprovechamiento. Robert Fico no es Olof Palme. Si no es un aliado de Putin en Eslovaquia, si no se le puede considerar prorruso, sí es contrario a cualquier complicidad militar con Ucrania y ganó las elecciones gracias a una inflamada retórica antiyanqui. Convertirlo en víctima de la polarización es sólo un intento de criminalizar a la oposición aprovechando que el Danubio pasa por Bratislva.

No sé sabe muy bien a qué se refiere la candidata del PSOE a las europeas… Es que el Kremlin aprovecha el atentado para decir algo parecido, que la retórica antirrusa ha invitado al asesinato de Fico. Lo de Teresa Ribera es algo peor que una frivolidad, es una irresponsabilidad, además de una melopea en la que mezcla todo… Incluso Aznar, que si alguien sabe lo que es un atentado contra la vida de un dirigente es él.

En cualquier caso lo importante son dos circunstancias. Robert Fico parece fuera de peligro y el que intentó asesinarle puede ser condenado a cadena perpetua, porque la policía lo acusa de un intento premeditado de asesinato por venganza y esos cargos podrían conllevar una pena a perpetuidad.

Aquí también tenemos a nuestros aspirantes autóctonos a magnicida, no crean. Hoy el jubilado Pompeyo González, que envió varias cartas bomba de fabricación casera, entre otros a Pedro Sánchez, ha prestado declaración en la Audiencia Nacional. Está acusado de terrorismo y de fabricación de artefactos explosivos. Y la verdad es que su declaración ha sido absolutamente dislocada. Llena de contradicciones que iban dejando estupefacta a la juez.

En el corazón de Europa está el otro lugar de la noticia hoy, porque los ministros de Exteriores español y británico han discutido esta tarde los detalles de un inminente acuerdo sobre el estatus de Gibraltar. Nunca antes, había estado tan cerca un acuerdo sobre cuestiones concretas que afectan a la vida de los españoles que viven en el Campo de Gibraltar. Unos 200.000, nada menos. Por ejemplo la desaparición de la Verja que separa la colonia británica de España.

Estamos esperando a que las delegaciones presenten las conclusiones de un acuerdo cuyo desarrollo requerirá de años de trabajo, pero que sin duda supone una distensión en un lugar que ha sido muy problemático para las relaciones entre España y el Reino Unido. Desde luego las expectativas con las que entraron en la reunión eran muy elevadas.

Oriol Junqueras no se va. Solo quiere que le pidan que se quede. Y por eso deja en manos de la militancia de Esquerra su liderazgo.

Hay dos razones fundamentales por las que Oriol Junqueras ha decidido echarse en manos de la militancia. La primera es de orden práctico y es que le permite eludir su responsabilidad para resolver el dilema que atenaza a Esquerra. Si investir a Illa o forzar una repetición electoral.

La segunda razón es la clásica por la que se convocan los plebiscitos. Para reforzar tu autoridad al frente de una organización. La cuestión es que el hasta luego de Junqueras deja a Esquerra abierta en canal hasta noviembre y ya saben el tópico: el reloj de la democracia echa a andar tarde o temprano e Illa ha de procurarse una mayoría para su investidura si quiere evitar jugársela en una repetición electoral.

Hoy Pedro Sánchez se ha mostrado triunfal en un foro organizado por eldiario.es. No solo se ha declarado vencedor sobre el independentismo… Como si él no siguiera necesitando a Junts y Esquerra e incluso Bildu para aprobar hasta el reglamento más nimio. Luego ha pronunciado uno de esas declaraciones peligrosas por cuanto pueden volver como un boomerang. Es que hay que tener cuidado con los símiles, porque las cosas sí van más o menos bien, pero todos recordamos el día en que ingresamos en la Champions de la Economía.

El monólogo de las ocho: "Oriol Junqueras no se va. Solo quiere que le pidan que se quede"